A la vez que han trascendido los tres motivos por los que la FIFA ha inhabilitado para cualquier actividad relacionada con el fútbol a Luis Rubiales durante los próximos tres años, también ha salido a la luz el testimonio de Debbie Hewitt, presidenta de la FA.
La dirigente de la Federación inglesa estuvo junto al expresidente de la RFEF ceremonia de entrega de medallas en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y ha declarado como testigo ante la FIFA.
En su comparecencia, ha señalado que Rubiales fue "desagradable e innecesariamente agresivo" con los trabajadores del organismo rector. Además, Hewitt ha denunciado que "acarició" la cara de Laura Coombs y "aparentemente besó de forma forzada" a Lucy Bronze.
Afirma que Rubiales "agarraba muy fuerte", a algunas "les acariciaba la espalda", les "agarraba del brazo" y les "levantó del suelo". "Esto me hizo estar muy incómoda y avergonzada", ha añadido la presidenta, que ha obtenido como respuesta del expresidente una acusación de "tener prejuicios" contra él.
"Aplicando la misma lógica, sus abrazos también podrían entenderse como un contacto físico no consentido. La hipocresía es evidente", ha justificado Rubiales. Tras emitir la FIFA sus motivos, ahora el expresidente de la RFEF puede acudir al Comité de Apelación para rebajar la sanción de tres años alejado del fútbol.
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También dice que Rubiales se puso más escandaloso cuando llegaron las jugadoras españolas. Además tenía un tono y forma de hablar "muy agresiva". Y reitera que se sintió "avergonzada". El presidente de la Federación de Nueva Zelanda insiste en que "incómodo".