Ryan Giggs, habló en el diario inglés 'The Sun' sobre cómo vivió su etapa futbolística. El exjugador del Manchester United estaba obsesionado con la pérdida de pelo y cuenta que su físico llegó a estresarle tanto que se volvió paranoico. Además, el galés admitió que se tuvo que realizar uno de los famosos trasplantes capilares para sentirse mejor consigo mismo.
"La primera vez que me di cuenta de que estaba perdiendo pelo fue después de un partido en Anfield en 2003. Marqué dos goles y cuando entre en el bar en el que estaban mis compañeros de equipo esperaba que me recibieran con un 'buen trabajo' pero lo primero que escuché fue: 'Estás perdiendo pelo'", reconocía Giggs
Al final, Giggs pensaba en su aspecto de manera obsesiva: "Me volví paranoico, especialmente cuando sabía que el partido iba a ser retransmitido por televisión o si iba a llover. Cuando llovía pensaba: 'Ojalá no fuera así'. Fue entonces cuando decidí cortarme el pelo cada vez más. Al cortarlo, nacía más fuerte".
La presión, un añadido al fútbol del jugador del United: "El fútbol puede ser muy estresante. Estás constantemente bajo presión. Eres consciente de las consecuencias de perder un partido. Siempre estás en el foco y expuesto a las críticas".
Finalmente, tras varios episodios en los que Giggs sufrió depresión, decidió implantarse pelo: "Como siempre he sido una persona reservada, era un tema que quise guardar para mí. No quería hablar de eso, pero todas las personas me preguntaban si le había hecho algo a mi pelo o si me había realizado un trasplante de cabello. Fue duro durante aproximadamente un día y medio, pero creo que ahora la gente juzga menos eso".