Mientras se disputa el Mundial de Qatar, en Rusia sigue habiendo competiciones. En concreto, la copa rusa, con el enfrentamiento entre el Zenit y el Spatak de Moscú.
El partido acabó con 0-0 y cuando solo quedaba la tanda de penaltis por disputarse, Wilmar Barrios (Zenit) y Quincy Promes (Spartak) se encararon. La tensión se convirtió en pelea, pese a que el colegiado del encuentro hizo lo posible por evitar el enfrentamiento.
Lejos de ayudar a la labor del árbitro de separar a sus compañeros, todos los jugadores que aparecían en la escena iban agravando la pelea hasta convertirse en una batalla campal con la mayoría de jugadores y el cuerpo técnico involucrados.
Finalmente, la batalla se saldó con tres expulsados por equipo y se pudo disputar la tanda de penaltis que estaba pendiente, que acabó dando como ganador al Zenit.
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Insultos racistas sin culpable
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¿Qué pasó? Los hechos fueron gravísimos, lo reconoce el propio juez, pero solo lo corroboran los testimonios de la familia de la víctima. El aficionado acusado lo niega. La familia asegura haberse enterado por los medios de comunicación.