Íñigo Orozco marcó el gol del Amorebieta que le dio el pase a la final por el ascenso a Segunda División. Aunque como dice a 'El Chiringuito', ascender "no estaba en mis planes". Porque Íñigo no es solo futbolista, sino que también trabaja como maestro de biología y geología en un instituto de Andoain, un pequeño pueblo de Guipuzkoa.
En su regreso a las clases, sus alumnos le han recibido como un auténtico héroe. "¡Campeón!", gritaban sus estudiantes con aplausos cuando Íñigo entra en la clase. Los alumnos de Andoain muestran su apoyo a su profesor, que está a tan solo 90 minutos de convertirse en un futbolista profesional. "Íñigo vas a marcar, confío en ti. Estamos todos contigo", le decía un joven.
El Amorebieta está a una victoria de lograr su sueño. Un sueño de uno de los clubes con menos presupuesto de la categoría. "El 'Amore' al final es un equipo de pueblo, muy humilde. Cobramos un sueldo medio de 1.000 euros y es lo que hay", confiesa Íñigo.
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Pero, si sube el conjunto vasco a Segunda... ¿Seguirá Iñigo dando clases? "Bendita duda". "Sí, yo creo que al final un paréntesis en el ámbito educativo", afirma el futbolista del Amorebieta, que el sábado luchará contra el CD Badajoz por un plaza en la categoría de plata del fútbol español.