Luis Suárez llegó al FC Barcelona con la etiqueta de ser un jugador 'sucio'. Antes del mordisco a Giorgio Chiellini, el ariete uruguayo también mordió a Branislav Ivanovic durante un encuentro que disputaron Liverpool y Chelsea en abril de 2013.
Por ello, fue sancionado con 10 partidos sin jugar, lo que le supuso perderse la recta final del campeonato y el inicio del siguiente ejercicio.
Quien fuera su compañero en el conjunto 'red', Jamie Carragher, ha desvelado qué dijo Suárez cuando llegó al vestuario tras la conclusión del encuentro.
"Cuando entró en al vestuario, creo que estábamos empezando decirnos cosas sobre todo lo que había pasado en el campo, ¡Luis en realidad lo negó al principio! Tal vez tenía la esperanza de que las cámaras no lo hayan captado", expresó.
"Realmente creo que tuvo un efecto masivo en el equipo la temporada siguiente. Creo que Suárez recibió una prohibición de siete u ocho partidos y creo que se perdió los primeros cuatro o cinco encuentros de la temporada siguiente", añadió Carragher.
Tras la siguiente temporada, llegó el Mundial de Brasil con el recordado episodio que protagonizaron Luis Suárez y Chiellini. Esta acción le supuso una nueva sanción y le privó de jugar los primeros meses de la temporada con su nuevo club: el FC Barcelona.
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"Creo que probablemente ese mordisco empujó al Liverpool a cambiarle. Creo que quería ir a Barcelona de todos modos en ese momento. He jugado junto a él y en ese momento sales y defiendes a tus jugadores. Sabes que está mal, por supuesto que sí, pero sales y defiendes a tu jugador y tratas de mantenerte unido como un club y apoyarlo", afirmó Carragher, que aseguró que no contaría con él en su equipo porque "cruza los límites varias veces".