Joao Félix ha cumplido con la ley del ex. Lo hizo en el Camp Nou. Lo ha hecho en el Metropolitano. El portugués, en su primer partido en el feudo del Atlético como rival, volvió a hacer diabluras frente a Diego Pablo Simeone y fue clave en la victoria, inapelable, del Barça ante el equipo rojiblanco.
Ante un equipo rojiblanco que no hizo prácticamente nada. Que estuvo a merced, sumiso, de un adversario superior. De uno con las ideas claras. Que sabía cómo hacer daño a un Atleti sin Griezmann. Sin Koke. A un Atleti cansado, seguramente, del esfuerzo Champions ante el Inter. Ante un Atleti que, ahora mismo, es quinto.
Y todo, con Joao Félix haciendo válida la ley del ex. Con algunos quemando su camiseta en las afueras del Metropolitano, y destrozando su placa, él hacía lo que debía dentro del campo. Él, como hizo en el Camp Nou, marcó. Con un sutil toque. Con el interior. Con un pase a la red.
De Paul evita la reacción
Imposible para Oblak. Su celebracón, comedida. Sin aspavientos. Sabiendo que hay muchas cámaras. Que hay muchos mirando. Que, le guste o no, sigue siendo propiedad del Atlético. Si por la afición fuese, y por él mismo, eso no tiene pinta de que vaya a ser así durante mucho tiempo.
Por el incendio de su camiseta. Por lo que le hicieron a la placa. Y por los pitos que le dedicaron cuando dejó el campo. Cuando se marchó para que entrase Vitor Roque. Él, en el banquillo, estaba tranquilo. Había hecho su trabajo. Y su equipo estaba ganando.
Lo hacía por 0-3. Haciendo estéril ese 'intento' del Atleti de dar la vuelta a todo cuando Griezmann y Memphis saltaron al campo tras el descanso. De Paul se encargó de que fuera completamente inútil, con un absurdo pase sin presión alguna que Lewandowski aprovechó para hacer el segundo. El tercero, de Fermín.
El Atleti, fuera de la Champions
Y el Atleti está fuera de Champions. Fuera de Champions a un punto del Athletic. Fuera, con nueve partidos por disputarse. Con unas sensaciones, en LaLiga, malas. Malísimas. Fuera de casa mejor no hablar, y la diferencia con el Barça en el Metropolitano ha sido la que ha sido.
Para terminar, ya con el partido sentenciado y dando igual tres que cuatro, Nahuel Molina placó a Vitor Roque para irse directo al vestuario con roja directa en el descuento.
El Barça no se rinde
Las risas, la fiesta y la celebración ante el Inter parecen ser un oasis para un Atlético que ni pudo ni supo. El Barça, muy superior, sigue soñando con LaLiga. Soñando, eso sí, de lejos.