Ángel López jugaba en el Villarreal y acababa de ser operado de una rodilla. Un día, vio a unos ladrones en su casa, una situación surrealista que acabó con el robo de objeto personales y un enorme susto de su hijo mayor y de su mujer.
"Da la casualidad de que las escaleras de mi casa eran de madera, mi mujer lo oyó. Entonces me levanté y es cuando veo a uno de ellos entrando a la habitación de mi hijo. Salté de la cama, estuve forcejeando, primero llegaron dos, luego tres...", explica Ángel a Jugones.
"Empecé a hablar con ellos. Ellos me preguntaban que cómo estaba", relata, asegurando que se llevaron objetos de valor sentimental. Asegura que su hijo vio a los ladrones, diciéndole que eran "obreros".
Nunca olvidarán lo vivido aquella noche. Ángel, pese a que la policía recomienda no enfrentarse a los atracadores, decidió plantarles cara.