Decenas de ultras comienzan a encender numerosas bengalas en un partido en Polonia, convirtiendo la grada en una bola de fuego.
Lo que no saben es que enfrente se van a encontrar a una Policía que, mejor que la fuerza, decide utilizar el ingenio. En primer lugar, en lugar de usar porras, lleva extintores, uno de los enemigos del fuego.
Pese a ello, el alto número de bengalas hace imposible su total efectividad, así que los agentes van un paso más allá y deciden meter una tanqueta en interior del estadio.
El secreto sale rápidamente a la luz. De su parte superior sale un tremendo chorro de agua con el que los agentes atacan directamente el fuego.
Los ultras huyen como pueden mientras el resto del estadio no puede evitar ovacionar esa acción. Porque en cuestión de segundos, la imagen de la grada cambia drásticamente.