En ocasiones, la realidad supera la ficción. John Terry, exjugador el Chelsea, sufrió un robo en su casa y los ladrones, antes de partir con el botín de 455.000 euros en joyas, decidieron defecar a los pies de la cama del inglés.

Gracias al ADN extraído de las heces de los asaltantes, la policía ha podido identificar al ladrón que no usó ninguno de los seis baños de la mansión para hacer de vientre, y ha detenido a la banda, condenándoles a 27 años de cárcel.

A pesar de su detención, Terry ha decidido poner a la venta su casa, valorada en 6,2 millones de euros, ya que su mujer sufre un trauma después de que cuatro individuos entraran en su casa y le defecaran en el dormitorio.