Las Palmas y Celta ofrecieron un encuentro alocado, después de que el equipo gallego marcara tres tantos en un inicio espectacular, respondido por los locales en la segunda parte con otros tres goles, pero sin culminar la remontada pese a jugar casi media hora en superioridad numérica.
Ambos equipos no defraudaron y ofrecieron un gran partido, desordenado en muchas fases, pero salpicado con dos tandas de tres goles anotados por cada equipo en un lapso de solo quince minutos, además de dos lanzamientos del equipo gallego a los palos.
La efectividad mostrada por Las Palmas en otros partidos la tuvo esta vez su rival en el inicio. Y es que el Celta marcaba casi en cada una de sus apariciones por el área canaria. En la primera, una falta de Bigas a Aspas, a unos veinte metros de la frontal del área, la ejecutó Wass por el centro, con un fuerte chut, como si no hubiese barrera.
El Celta, un huracán en la primera parte
La había, sí, pero el balón entró como un obús, con bote previo, sin que Lizoaín lo viese pasar. Los silbidos de un sector del público al portero local comenzaron tras la jugada del segundo tanto celeste. La combinación entre Sisto y Aspas fue brillante, con un pase picado entre los centrales, pero el guardameta decidió salir y ayudó a que Aspas tomase la decisión de picarle la pelota en una magnífica definición del gallego.
Sin tiempo para digerir el segundo mazazo, Orellana fabricó un pase profundo donde de nuevo Aspas estuvo más vivo que los centrales para cruzar el balón a la red en el tercer tanto vigués. Berizzo, entrenador del Celta, había fortificado a su once inicial por el centro con Radoja, Wass y Pablo Hernández para tratar de desbaratar el juego preciosista de los amarillos, con tendencia a fabricar las jugadas por dentro.
Su objetivo era no dejar pensar y echarle el aliento a jugadores Tana, Vicente Gómez o Viera, y lo consiguió, porque Las Palmas, aunque tuvo mucha más posesión, generó menos peligro que nunca. Los únicos contratiempos del cuadro celeste fueron las tarjetas amarillas que Melero López mostró en una sola dirección, y la lesión de Fabián Orellana, tras una pugna con Araujo, que obligó al extremo chileno a dejar el campo antes de tiempo.
Solo en los minutos previos al descanso estuvo cerca del gol la Unión Deportiva. La mejor ocasión isleña llegó en el minuto 45 con un remate raso del central David García al que respondió Sergio Álvarez con una parada meritoria.
Remontada sensacional
El llamado gol psicológico no entró, y a Las Palmas le tocó remar contra corriente con la obligación de, primero, no recibir más goles en contra en una segunda parte en la que de nuevo el capitán de Las Palmas estuvo a punto de marcar. Sí lo hizo su compañero de línea Pedro Bigas, aprovechando una nefasta salida de Sergio Álvarez en una falta que sacó Viera. Mala noche para los porteros.
Aún así, en la siguiente jugada, Pablo Hernández disparó al palo, tras brillante jugada individual de Aspas, en una clara ocasión celtiña que pudo haber pinchado de nuevo el globo amarillo. Las Palmas se volcó, pero caminaba sobre el alambre y sin red. La bisagra del partido llegó en el minuto 66, con un discutido penalti por derribo de Sergi Gómez a Livaja, que además le costó la segunda amarilla al central.
Viera hizo el 2-3 y empezó un nuevo partido con inferioridad numérica del equipo gallego. El vendaval local continuó, y Prince Boateng remató a la red un centro de Míchel Macedo tras pase de Viera (3-3). Sin embargo, ahí se apagó la reacción local, en un partido ya totalmente roto.
Tanto, que incluso Marcelo Díaz mandó el balón al travesaño en otra mala salida de Lizoain, que pudo haberle dado el triunfo al Celta en el tiempo de prolongación, pese a jugar con un futbolista menos.