Shoya Nakajima no va a olvidar jamás su debut con el Antalyaspor. No por ser especialmente brillante, sino por a saber si haber entrado en la historia como el jugador que más rápido se ha ido expulsado en su primer partido con su nuevo club.
En la Liga turca, en el partido ante el Adana Demirspor, se produjo el debut del japonés. Entró al campo en el minuto 59, y su familia estaba tan feliz con la entrada del futbolista al verde.
Duró poco su felicidad. A los diez segundos de ingresar al verde, Nakajima fue a presionar a la defensa del equipo contrario y llegó tardísimo al corte.
Se lanzó con los pies por delante e impacto de lleno con el lateral derecho del Adana Demirspor. El árbitro, por la acción, le mostró amarilla.
Nakajima sonreía, quizá por lo que podía haber sido y no fue... al menos en ese momento. Porque el VAR llamó al árbitro para ver la acción y no tardó nada en volver a visitar al jugador y cambiarle la amarilla por roja.
Las cámaras volvieron a enfocar a su familia. Su madre pasó de la alegría al llanto, y se puso a llorar mientras su hijo marchaba al túnel de vestuarios.
Al entrar el japonés, el resultado era de 0-1; al final, 0-3.