Adrián González, hijo del técnico del Málaga, Michel González, y José Luis García "Recio", de penalti, firmaron la primera victoria del Málaga en la Liga y dieron oxígeno al entrenador, en entredicho desde que comenzase la temporada.
El Málaga fue mejor y justo vencedor. El equipo malagueño, hundido antes del partido en la clasificación con un solo punto, necesitaba la victoria de forma imperiosa para marcar un antes y un después; un punto de inflexión que le permita encarar el curso con esperanzas. Juanpi tuvo la primera ocasión, pero no logró conectar con la cabeza el centro del uruguayo 'Chory' Castro y el centrocampista Adrián, con un disparo flojo dentro del área grande, desaprovechó la segunda opción.
El Celta no se sorprendió en exceso por el comienzo de los malaguistas y poco a poco fue durmiendo el encuentro, aunque sufrían en algunos momentos por el ímpetu de los locales con dos jugadores destacados, 'Chory' Castro y Peñaranda. Un lanzamiento de Keko desde 25 metros hizo intervenir al guardameta Rubén Blanco y seguidamente otro del venezolano Roberto Rosales supuso otra estirada del portero, aunque se marchó fuera por milímetros.
El conjunto vigués no se había acercado con peligro a la portería de Roberto en 26 minutos, aunque tocaba y tocaba en el centro del campo, intentando desesperar al Málaga, que en acciones esporádicas como la de Peñaranda, con su disparo, que se machó fuera, pudo adelantar a su equipo. El Celta mantenía la posesión del balón pero sin verticalidad.
El primer remate del Celta fue en el minuto 36, por parte del delantero Iago Aspas, cuyo remate de cabeza envió el balón por encima del larguero. Y cuando el partido moría en los primeros cuarenta y cinco minutos se produjo una falta lateral a favor del Málaga. Fue despejada por la defensa del Celta y el rechace le llegó al central francés Baysse. Su chilena, en el área pequeña, tocó el larguero y Adrián, expectante y activo, con la cabeza, remachó dentro de la portería.
El gol fue psicológico y merecido ante un Celta romo en ataque y excesivamente conservador. En la reanudación el Celta, con más posesión, dominaba el encuentro, pero sin profundidad ante un Málaga, algo romo, aunque contundente y firme.
En la segunda parte el Celta se fue hacia el área del Málaga, que reculó por el esfuerzo físico realizado y empezó a tener algún problema con un gol anulado a Iago Aspas por fuera de juego. Aspas, avisó, porque el Celta estaba mejor posicionado que el Málaga. A pesar de que los minutos transcurrían y no ocurría nada, un centro por la izquierda lo remató Iago Aspas de cabeza y el balón hizo una parábola, despistando a Roberto y consiguiendo la igualada.
El técnico del Málaga, Míchel, realizó varios cambios y uno de ellos resultó fundamental, porque el delantero marroquí En-Nesyri, forzó un penalti en un disparo que el central Cabral taponó con los brazos. Recio se encargó de lanzar, engañando al guardameta Rubén Blanco y adelantando de nuevo al Málaga en el minuto 82.
El Celta se fue a por el empate y lo tuvo el delantero Maxi Gómez, pero su disparo dentro del área pequeña lo salvó Roberto con el pie derecho.
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