El Atlético sigue sin encontrarse. Sigue estando en una de las peores eras que se recuerdan en toda la era de Diego Pablo Simeone en el banquillo. Los rojiblancos, que vienen de perder ante Cádiz y Oporto, y después de caer tanto de Champions como de Europa League, no pudieron contra un Espanyol con diez desde el minuto 28. Y eso que Joao Félix hizo lo posible para evitar el batacazo...
Pero 30 minutos se antojan escasos para un jugador diferencial por talento. Porque eso fue lo que de nuevo tuvo. Porque del partido de Portugal, del que pocos se deberían haber librado, parece que de nuevo fue él el gran señalado por la hecatombe. Tras su doblete ante el Cádiz, es él quien pone el gol en los últimos tres encuentros del Atleti.
En el minuto 66, y ya con 0-1 en el marcador por el tanto de Darder, Simeone por fin se decidió a dar entrada a Joao. Su relación es la que es, y aparte de trabajo lo que se le pide a un jugador como el es que ponga el talento y también los goles. En 30 minutos hizo ambas cosas.
No tardó ni un cuarto de hora en poner la igualada ante el Espanyol. Controló con el pecho, se orientó la bola a la zurda y puso el cuero en las redes de Lecomte, ex del Atleti.
Un gol, que pudieron ser otros dos más. Porque Joao Félix tuvo dos ocasiones claras para dar los tres puntos a Simeone. Primero, con un cabezazo que paró el arquero del Espanyol; luego, ya en el descuento, con una gran jugada individual en el área que no fue para la red de milagro.
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Se antojan escasos, de nuevo, los minutos que está recibiendo en un tiempo en el que ha marcado, en tres partidos, tres goles. Los únicos que ha logrado un jugador rojiblanco en 270 minutos al ser en propia puerta el conseguido contra el Oporto.