Cuando aún era entrenador del Sevilla en LaLiga y poco – o nada – sabía de su futuro destino como cabeza más destacada de la selección argentina, Jorge Sampaoli sintetizó a la perfección la dimensión de Leo Messi. “Comparar a Leo Messi con el resto de futbolistas es como comparar a un gran policía con Batman”, simplificó el técnico natural de Casilda, en un ejercicio de reflexión en el que lo elevó al Olimpo del balompié, muy por encima de cualquier otro compañero de su mismo gremio. El ‘10’, meses después, ha respondido a la gentileza de su nuevo seleccionador haciendo lo imposible para que Argentina sellara el billete con destino a Rusia, una empresa que se había antojado hartamente complicada por los nefastos resultados cosechados en los últimos meses.
Leo Messi, como acostumbra cada fin de semana desde que se graduara en aquel famoso Gamper de 2005 que dejó con la boca abierta al Camp Nou, en general, y a Fabio Capello, en particular, volvió a sacarse un conejo de la chistera cuando todo pintaba bastos. Esta vez lo hizo sobre la imponente altura de Quito, a 3.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se puso el mono de trabajo y completó una redonda actuación para remontar el gol inicial de Romario Ibarra, marcando los tres goles que le han valido a Argentina para estar presente en el Mundial de Rusia 2018. No hay un jugador en el mundo como Leo, ya lo dijo el propio Sampaoli, y no podía faltar a la cita más importante del universo futbolístico.
Con la necesidad de sudar la gota gorda, ha quedado meridianamente claro que Argentina es Messi y diez más. Y pese a que las comparaciones son odiosas y resulta perdedor cada vez que entre los argentinos sale el nombre de Diego Armando Maradona, el mérito real de Leo es cosechar recientemente éxito tras éxito (final de Mundial, de Copa América en dos ocasiones…) en medio de la más absoluta mediocridad. Lo corroboran los números. Con siete dianas, el futbolista del FC Barcelona ha sido el máximo goleador de la selección en la fase de clasificación para el Mundial, marcando más de la mitad que el segundo argentino con mejores registros (Di María, Mercado y Pratto, con dos aciertos cada uno).
Aunque realmente, la estadística más meritoria de ‘La Pulga’ es que él ha sido el autor de cuatro de los únicos cinco goles que ha marcado la selección de Argentina en los partidos clasificatorios que ha disputado en todo 2017. Después de golear a Colombia (3-0) en el último partido de las eliminatorias sudamericanas de 2016, marcando un gol y dando dos asistencias, Messi dio la victoria contra Chile (1-0) en marzo con un solitario gol de penalti. Argentina se quedó a cero contra Bolivia (2-0), Uruguay (0-0) y Perú (0-0) antes de que 'D10S' marcara el definitivo 'hattrick' contra Ecuador. La nómina de esas cinco dianas es completada con el tanto en propia puerta de Rolf Feltscher en el empate frente a Venezuela a principios del mes de septiembre.
El condicional de una Argentina que no concibe su presente sin Messi
Al término del partido contra Ecuador, el vestuario argentino no dudó en rendirse hacia el azulgrana. “Leo demostró una vez más que es el dueño de este juego. No hay contexto para él. Lo recordaremos como un jugador diferente.", apuntó Javier Mascherano. “Nadie discute a Messi. Le piden que haga 20 goles por partido, es imposible hasta para él que es el mejor. Cuando lo necesitamos, aparece”, abundó sobre su figura ‘Chiquito’ Romero. Y en esa línea insistió Ángel Di María, diciendo que es "un grande" y "el mejor": "Teníamos que ayudarlo para que juegue como sabe".
Ecuador, Chile, Colombia, Uruguay, Estados Unidos, Venezuela... Son seis las selecciones que han sucumbido al potencial del genio del fútbol mundial. El presente de Argentina no parece demasiado prometedor pero la poca alegría que tiene se sustenta en lo que sea capaz de inventarse el '10'. Así las cosas, solo ha cosechado seis triunfos en sus últimos 15 compromisos oficiales y en todas esas victorias está el común denominador de que Messi ha visto portería rival en algún momento del partido.
La última vez que Argentina ganó un partido de carácter oficial en el que no marcó Leo Messi fue hace más de un año (junio 2016) y Gerardo Martino estaba aún como seleccionador. La 'Albiceleste' ganó a Bolivia (3-0) en la Copa América con los goles de Erik Lamela, Ezequiel Lavezzi y Cuesta. En aquel partido, ‘La Pulga’ no jugó de titular, priorizando el descanso a sus fatigadas piernas, y disputó únicamente los segundos cuarenta y cinco minutos del partido.