Cuarenta y cinco minutos son bastante para Messi. Son bastante y menos mal, porque el Barça de nuevo jugó con fuego ante el Betis con el argentino, sy mayor y mejor arma, observando desde el banquillo. Tras la primera parte, que acabó con 1-1 y con Griezmann fallando hasta un penalti, el 10 saltó al verde en la reanudación y todo cambió.
Con él en el campo todo fue diferente. Hasta Antoine, jugando por el centro como él quiere, fue diferente. Cada jugada que tocaba, o que no tocaba, Messi, era una acción de peligro y él estuvo presente en tres de los cuatro tantos anotados por los culés en la segunda parte.
Lo de no tocarla es literal, pues en el 2-1, obra de Griezmann, ni tocó el cuero. Jugada por la izquierda con centro de Jordi Alba para Messi que, inteligente, dejó pasar para la llegada del francés. Sin portero y sin oposición, gol.
El 3-1 llevó su firma. Dembélé disparó con potencia y Mandi, con la mano, evitó el tanto. Segundo penalti a favor del Barça en el partido y primero que terminó en las mallas. Los verdiblancos, además, se quedaron con diez.
Messi transformó la acción en su gol número 5 de la temporada. Los cinco eran de penalti, y con cómo ejecutó la jugada es normal. Imparable, directo a la escuadra izquierda de Claudio Bravo.
Por fin, eso sí, llegó su primer tanto de jugada. Fue el 4-2, tras una hermosa combinación con Sergi Roberto con taconazo incluido. En cuanto se plantó ante el arquero chileno, fusiló.
Entró por el primer palo, pero poco pudo hacer el meta del Betis. El punterazo fue espectacular y el encuentro terminó de forma plácida para los azulgranas.
Primera victoria del Barça en LaLiga tras más de un mes, en una tarde feliz que acabó con victoria por 5-2 gracias al definitivo tanto de Pedri.