El rendimiento de Álvaro Morata en este inicio de curso es una cosa muy seria. Ya son ocho goles entre todas las competiciones. El último ante el Celtic para rescatar un valioso empate del Atlético de Madrid en la Champions League. Hasta dos veces fueron perdiendo los rojiblancos en el partido. Y acabaron mereciendo más a pesar de la expulsión final de Rodrigo de Paul (2-2).
Un duelo marcado por la polémica previa. La prensa local titulaba con un 'Pathetico Madrid', recordando el partido de 1974 en el que el cuadro rojiblanco terminaría con tres futbolistas expulsados. Una mofa de la prensa que fue muy comentada en la previa.
El inicio arrasador del Celtic se confirmó con el gol de Furuhashi. Una jugada colectiva perfecta que terminó con el delantero definiendo a placer ante Jan Oblak. Lo mereció y lo logró el cuadro escocés.
No tardó en igualar el duelo el cuadro de Diego Pablo Simeone. Griezmann no aprovechó el penalti, pero en el rechace lanzó la pelota al fondo de la potería. Era el minuto 25 del primer acto.
Pero la alegría duró poco. Otra vez el Celtic por delante. Esta vez fue Luis Palma, que con un disparo al palo largo volvió a superar a Oblak. La noche se convertía en pesadilla para el portero rojiblanco.
Dos cambios hizo en el descanso Simeone. Algo poco habitual en él. Entraron Riquelme y Marcos Llorente al campo. Y con las sustituciones el Atleti mejoró y volvió a meterse en el encuentro. Sobre todo por el desempeño de Llorente.
Álvaro Morata, que está en racha, cabeceando hacia adelante logró encontrar el gol. Era el empate... otra vez. Su octavo tanto en lo que va de curso. Muy buenos números para el delantero rojiblanco y de la selección española. En la noche del miércoles despertó al Atleti a tiempo.