El París Saint-Germain tiene ante sí una compleja situación que preocuparía a la inmensa mayoría de clubes europeos, pero que desde el Parque de los Príncipes se atisba con cierta tranquilidad dado el respaldo financiero proporcionado por Qatar Sports Investments.
Tal y como informa el diario galo 'L'Équipe', el conjunto francés debe vender en las próximas dos ventanas de traspasos por un importe que ronde los 100 millones de euros al tener más de 30 fichas en la plantilla.
Ingresar por traspasos y reducir la masa salarial es el objetivo prioritario de Leonardo, director deportivo del PSG, que por otra parte tampoco abandona el barco de lograr una cada vez más utópica renovación de Kylian Mbappé.
Para reducir el déficit, el cuadro de Mauricio Pochettino ha colocado en la rampa de salida hasta a siete jugadores que, por su valor de mercado, podrían sumar esos 100 'kilos'.
Mauro Icardi (30 millones), Thilo Kehrer (25), Diallo (25), Julian Draxler (20 millones), Kurzawa (9) y Sergio Rico (5) son los futbolistas por los que el club espera sacar dinero, aunque algunos como el mediapunta alemán o el lateral francés, ambos con contrato hasta 2024, están a gusto en París y su ficha parece inasumible para la mayoría de clubes.
Otro que se encuentra más fuera que dentro es el exfutbolita del FC Barcelona Rafinha, que parece tener su destino hilado a la Real Sociedad, eso sí, en calidad de cedido, por lo que solo aligeraría la masa salarial.
Con 200 millones pérdidas en el presente ejercicio y solo 9 millones de ingresos en verano a pesar de contar con los fichajes de Messi, Achraf, Donnarumma, Sergio Ramos y Nuno Mendes, muchos se preguntan si es legal lo que hace el PSG.
La respuesta es sí: el organismo financiero de control de clubes franceses (DNCG) establece que, mientras un club garantice liquidez (el PSG lo hace con el respaldo de Qatar Sports Investments), puede tener pérdidas ilimitadas y fichas ilimitadas... por lo que la opción de recurrir a los 'petrodólares' en caso de seguir teniendo un alto déficit da mucha tranquilidad a los dirigentes del equipo.