Queda menos de un mes para que arranque el Mundial de Qatar. Y el emir del país, Tamin bin Hamad al Thani, ha querido denunciar una "campaña de desprestigio" que está recibiendo el país desde que se conociera que organizarían el campeonato del mundo de este año.
En un discurso en la inauguración de la sesión anual del Consejo de la Shura, el emir así se ha expresado: "Desde que obtuvimos el honor de albergar el Mundial, Qatar se ha visto sometido a una campaña sin precedentes a la que ningún país anfitrión se ha enfrentado jamás".
"Inicialmente, tratamos el asunto con buena fe, e incluso consideramos algunas de las críticas como positivas y útiles para ayudarnos a desarrollarnos", dice Al Thani.
Asegura que ha habido "invenciones y dobles raseros": "Nos ha quedado claro que la campaña tiende a continuar y expandirse para incluir invenciones y dobles raseros que fueron tan feroces que lamentablemente ha llevado a muchas personas a cuestionar las verdaderas razones y motivos detrás de esta campaña".
"Ser sede del Mundial incorpora varios elementos que forman los componentes de credibilidad y capacidad de influir positivamente, esto se manifiesta al aceptar el desafío e integrarlo en nuestros proyectos y planes de desarrollo nacionales, así como a nivel de capacidades económicas, de seguridad y administrativas, y al nivel de la apertura civilizada y cultural", detalla.
La polémica de Qatar
Desde que se conociera la designación del Mundial para Qatar, numerosas organizaciones internacionales han recordado el historial del país en abusos laborales durante la construcción de los estadios, además de la represión hacia el colectivo LGTBI.
La selección deInglaterra lucirá el brazalete arcoíris en protestar por esta represión. Dinamarca, por su parte, vestirá una camiseta 'invisible' que también tiene como objetivo denunciar la falta de derechos del país.
Futbolistas como Toni Kroos (que no acudirá al campeonato al haberse retirado de la selección alemana) también han criticado al país y a la organización del mundial. Sostiene que no se debería jugar un mundial de fútbol en un país en el que se restringen derechos.
Mientras, el emir sigue defendiendo a Qatar: "Será una ocasión en la que retratamos quiénes somos, no solo en términos de la solidez de nuestra economía e instituciones, sino también en términos de nuestra identidad".