Al Real Madrid le va a tocar sufrir en San Paolo a pesar de haber ganado 3-1 en el Santiago Bernabéu. Los madridistas se impusieron a los 'azzurri' en un partido bonito en el que comenzaron perdiendo por un gol de Insigne en una tremenda cantada de Keylor. Benzema, de cabeza, puso el empate, y en diez minutos tras el descanso Kroos y Casemiro, con un golazo, sentenciaron a un rival que en ningún momento del envite recordó al típico club del Calcio.
El equipo de Zidane comenzó avasallando. Sometiendo a un rival que durante tres minutos no solo no tocó la bola sino que pudo ver ya el 1-0 en el luminoso. Karim Benzema probó a un Reina que, con reflejos y veteranía, sacó un puño fuerte para despejar un balón difícil de repeler. Pero el Nápoles no se amedrentó, y a pesar del miedo que podría haber sentido por jugar en el Bernabéu ante el campeón de Europa mostró cosas difíciles de ver en un equipo de la Serie A.
De hecho, ni parecía ni parece un equipo de la Serie A. Tocando, tocando rápido además. Sin mostar aparente preocupación por la intensa presión blanca que a punto de costar un buen disgusto a Diawara, a Albiol y a Koulibaly. Les estaba gustando, les gusta tirar paredes y soltar el cuero de primeras. Confían en su estilo y en los tres de arriba. En su velocidad. En Callejón, en Mertens y en Insigne. Precisamente este último hizo el 0-1 con un disparo desde lejísimos sin aparente peligro que Keylor Navas se comió en una buena cantada.
Benzema vuelve al camino del gol
Si el trabajo de un equipo de visitante es marcar en campo contrario, el Nápoles tenía un buen trecho recorrido en la eliminatoria y el Real Madrid debía remar a contracorriente. Con la vuelta en San Paolo, todo resultado es peligroso, pero si por algo destaca este Real Madrid es que no se rinde. No acusó el golpe, y los 'azzurri' siguieron igual. El encuentro era de poder a poder, y en una de esas acciones de ataque madridista salió la clase de Carvajal para, con el exterior, ponerle un cuero espectacular a Benzema para que este anotara de cabeza el empate.
La primera mitad estaba siendo de esas que gustan al espectador y al jugador. Con fútbol de ataque, de toque y con multitud de opciones y ocasiones. Sobre todo una más, de Karim Benzema. El galo, tras un gran envío de Cristiano, remató al palo ante un Reina vencido que a saber qué pensó cuando el trencilla señaló corner. Hubo de todo en el primer acto, y la lástima para el espectador y el Real Madrid es que se terminó. Estaban siendo los mejores minutos de los de Zidane y los peores de los de Sarri, que eso sí no renunciaban a sacar el balón jugado.
Voleón de Casemiro para el tercero
Y esa fue su perdición. En diez minutos de segunda parte ya marcaba 3-1 el luminoso del Bernabéu. Primero fue Kroos, con un pase atrás de Cristiano y uno de esos tiros-pase a la red tan famosos del alemán. Luego fue Casemiro, con un golazo espectacular tras enganchar un voleón con su diestra... tras una pérdida incomprensible del Nápoles a la hora de sacar la pelota. Las pérdidas en campo propio napolitano eran innumerables, y el Real Madrid había encontrado premio a su presión sobre los insistentes futbolistas visitantes.
Tan pronto parecía poder llegar el 4-1 como el 3-2, con acciones de Cristiano y James por parte del Real Madrid, y con una clarísima de Mertens tras una dejada de libro de Callejón que el belga envió incomprensiblemente arriba. El 7 sí acertó con el arco de Keylor, pero la acción quedó anulada por un fuera de juego claro. Todo podía pasar, pero ni uno ni otro fueron capaces de perforar de nuevo la puerta rival.
San Paolo decide
Así pues felicidad para ambos. Para el Real Madrid porque ha ganado a un rival duro que es el máximo goleador de toda la Serie A; y para el Nápoles por marcar fuera de casa y por dejar abierta aún la eliminatoria tras visitar el Bernabéu. Todo se decidirá en San Paolo.