El Real Madrid recuperó su confianza tras derrotar a la Roma este martes (0-2) en la quinta jornada de la Liga de Campeones, certificado el pase a octavos de final como primero de grupo, e hizo olvidar el importante tropezón del pasado sábado ante el Eibar gracias a los goles de Gareth Bale y Lucas Vázquez al comienzo de la segunda mitad.
Solari apretó el puño con fuerza con el segundo gol de la noche. El argentino sabía de la importancia de ganar en el Olímpico, pero sobre todo para confirmar el golpe sobre la mesa que dio este martes en el vestuario. Asensio jugó apenas cinco minutos e Isco vio el partido desde la grada. La apuesta del técnico argentino se vio respaldada en el marcador.
No hubo brillo, ni quilates, ni la excelencia que tanto le gusta al presidente Florentino Pérez en un equipo que sigue desprendiendo dudas, una evidente falta de estilo y una más preocupante: su tremenda imprevisibilidad. Del 3-0 en Ipurua, al 0-2 en la capital italiana. Hoy la moneda salió cara para el vigente campeón de Europa ante una Roma venida a menos, séptima en la Serie A.
El equipo de Solari no estuvo fino en la primera mitad. De hecho, la Roma hizo méritos para comprometer a los merengues. Primero fue Justin Kluivert, el hijo del mítico delantero holandés, fue de lo mejor en los romanos y también Kolarov, que estuvo a punto de culminar una jugada de asedio del equipo de Di Francesco. Antes, protestaron con vehemencia una mano clara de Lucas al borde del área.
Courtois también tuvo que ponerse el mono de trabajo con dos paradas cruciales, aunque en la ocasión más clara de los locales llegó con el belga completamente vendido. Un pase brutal de Zaniolo le dejó solo en el segundo palo. Con Courtois aún llegando, el jugador de la Roma la tiró por alto de manera incomprensible. Under se marchó a los vestuarios llorando.
Todo lo que sufrió el Madrid en la primera parte pese a las numerosas bajas de la Roma, se quedó en el olvido en la segunda mitad. Los blancos despertaron en el segundo asalto con la buena aportación de Marcos Llorente en la medular. Con el paso de los minutos y el fuelle perdido por la Roma, la historia cambió por completo.
El Madrid se adelantó gracias a un error garrafal de Fazio. El central, exjugador del Sevilla, cedió a su portero y entre tanto apareció Bale, que no desaprovechó el regalo. Quiebro y disparo ajustado del galés. La empresa estaba encarrilada. Gol.
La Roma contestó buscando las debilidades de los merengues, una de ellas, este martes, fue el lateral derecho del recuperado Dani Carvajal. Por su banda llegó un disparo de Kluivert que detuvo Courtois y también varias incursiones con cierto peligro. Entre tanto, de igual manera pudo llegar el empate que el 0-2, como finalmente ocurrió.
Bale falló en un mano a mano con Olsen tras 50 metros de carrera, pero no lo hizo Lucas Vázquez en una buena jugada que culminó Benzema antes de regalarle el cuero al jugador gallego. El 0-2 sentenció un partido que apenas dejó grandes novedades en sus 20 minutos finales, sabedores también los romanos de que el billete a octavos ya lo tenían antes de jugar.
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Los minutos finales fueron para Mariano, para el joven Valverde y para Asensio, que no entró al campo con cara de hacer muchos amigos al ver que el reloj marcaba el minuto 84. Sin el tercero del Madrid, ni el del honor de la Roma -muy permisiva defensivamente- se cerró un partido que permite al Real Madrid llegar a octavos como cabeza de serie y asegurar el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu.