Va a ser que sí hay crisis en la 'casa blanca'. El vigente campeón, el Real Madrid, sigue en caída libre sin encontrar solución alguna y sin apostar por solución alguna para revertir la situación. El equipo de Zidane, que salió con los mismo de siempre más Nacho al Bernabéu, cayó ante el Villarreal por 0-1 por un gol solitario, y suficiente, de Pablo Fornals.
Fue uno de esos partidos en los que el Real Madrid quiso. En los que el Real Madrid propuso, pero en los que los minutos pasaban y por más y más que lo intentaba el equipo de Zidane no era capaz de perforar las redes de Asenjo. Con Nacho y los de siempre, que siempre juegan salvo lesión o sanción, los blancos salieron mandones en el Bernabéu, queriendo finiquitar por la vía rápida a un rival y evitar la música de viento de un público con cada vez menos paciencia.
De un público al que le gustan los éxitos del pasado más reciente y glorioso del club, pero que quiere más. Que quiere ver a los suyos pelear, disfrutar y haciendo disfrutar. Lo cierto es que lo hicieron. Con orden, y con una alta presión arriba. El balón, casi siempre blanco, se movía rápido con toda intención de batir a Asenjo. El Villarreal apenas trenzaba jugadas. Apenas respiraba.
Pero fue como chocar con un muro. Los amarillos, entre el meta palentino y una intensa defensa, con un Rodri excelso en la medular, pasaban apuros pero no lamentaban nada más que eso. Bale, y sobre todo Cristiano, se desesperaban más y más con el paso del tiempo, y el luso llegó incluso a protagonizar, sin querer, en una de las intervenciones del año con un Asenjo que emuló a Casillas con Perotti.
Dos penaltis pidió el Real madrid en el primer acto. Uno por mano. El otro, en la jugada de Cristiano con Asenjo. Undiano no vio nada punible en ninguna de las dos acciones. Y en el segundo acto el Villarreal se estiró. Los pitos comenzaron y el Villarreal empezó a animarse con Samu Castillejo y con Cherysev. El ruso casi bate a Keylor con su zurda en el primer balón que tocó, pero su remate, desde la frontal, se marchó desviado por poco.
Los de siempre, con el guión de siempre, no podían con el Villarreal. Es más, cada vez daban sensación de poder menos con el Villarreal. Cristiano, impreciso, apenas cazó balones en el área de esos que tanto le gustan. Bale fue desapareciendo con el paso de los minutos. Isco, directamente, ni apareció. Lucas y Asensio salieron para revertir la situación, pero cada vez estaba más fría en una nueva gélida tarde en el Bernabéu.
Se calentó al final del partido, cuando marcó el Villarreal. Todo fue en un córner, un córner a favor del Real Madrid. Erraron, no cortaron una contra fugaz, vertigal y precisa del Villarreal, y Fornals, después de una buena parada de Keylor, puso de vaselina el balón en el arco blanco. Y entonces el público apareció para pitar a los suyos.
Quedaba poco, pero con el Real Madrid 30 segundos de despiste es 30 segundos en los que te puede caer un gol. O al menos así era antes. Los de siempre más Nacho, con Lucas y Asensio que salieron con el partido ya en marcha, perdieron otros valiosos puntos en el Santiago Bernabéu en una Liga que está siendo una pesadilla.