Siete años después, Robinho podría entrar ahora en prisión para cumplir la pena de nueve años de cárcel que se impuso por violar a una joven en Italia, después de que el Tribunal Superior brasileño haya decidido ejecutar la condena italiana. Así lo anunciaba Og Fernandes, presidente de la cita corte: "Por mayoría, el tribunal especial decidió ratificar la decisión extranjera".
El propio presidente de Brasil, Lula da Silva, ha transmitido que el futbolista debe pagar por lo que hizo. De hecho, en una entrevista aseguró que "Robinho ya ha sido condenado en Italia y se suponía que debía cumplir una condena aquí, ahora será juzgado este mes, y espero que pague el precio de su irresponsabilidad".
Fue durante su época como jugador en Milán, cuando el brasileño, junto a cinco amigos, fueron condenados por violar en grupo a una joven albanesa de 23 años en una conocida discoteca de la ciudad italiana en el año 2013. Cuatro años más tarde, le condenaron, pero para entonces, él ya no jugaba en Italia sino en Brasil, donde no extraditan a sus nacionales. Esta es la razón por la que lleva años eludiendo la cárcel.
Entre las pruebas que se presentaron en el juicio se encuentra una conversación telefónica que data de 2014 y terminó por delatarle. En ella un amigo del futbolista le comunica que la chica había dado su nombre, a lo que el brasileño le contestó: "¿Cómo me llamo? ¿Mi nombre? No me conoce, hombre. La chica estaba muy borracha. Ni siquiera sabe quién soy".
Pero hay más, ya que durante la charla llegan a confesar que abusó de ella. "Te vi meterle el pene en la boca", le dice el mismo amigo ante lo que Robinho, entre risas, asegura que "eso no es tener sexo". Hechos por los que el Santos de Brasil en 2020 donde iba a jugar por tercera vez en su carrera rescindió el contrato con él por respeto a las mujeres.
No obstante y antes de conocer la decisión de la justicia brasileña, decía ser inocente. Incluso, en un vídeo sostuvo que "esos mismos que no hacen nada contra el racismo" son aquellos que le juzgaron. En definitiva, acusa a la justicia italiana de condenarlo por ser negro.