Insólita situación la que se vivió en la Bundesliga. Ocurrió en el partido que enfrentaba al Wolfsburgo y al Colonia cuando, en un momento dado, uno de los árbitros asistentes se llevó un pelotazo tremendo que le dejó completamente K.O. Fue en toda la cara, y no solo necesitó de asistencia sino que parecía incapaz de salir del campo por su propio pie.
Tal fue el impacto del esférico en su cabeza que, una vez abandonó el terreno de juego, fue directo al hospital.
Iba 0-0 el encuentro en ese momento. Todo se paró porque les faltaba un árbitro hasta que, de repente, en la grada apareció. Apareció un aficionado, un jugador de un equipo local de Sexta división que, además, también tiene el título de árbitro.
Porque ahí estaba Tobias Krull. Ahí estaba quien se puso el traje de árbitro para aparecer por túnel de vestuarios y que todo prosiguiese con normalidad.
El partido, tras la disputa de los 90 minutos, terminó con tablas y reparto de puntos con 1-1 final.
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