Anthony Mullen es el aficionado del Liverpool que el pasado mes de mayo protagonizaba una imagen lamentable en Barcelona, tirando a un vendedor ambulante a una fuente.
Una semana después volvía a hacerse famoso, esta vez por bajar los pantalones a un miembro de seguridad. Risas y humillaciones para mofarse de la gente que le van a costar muy caro.
Expulsarle de los estadios es la medida que ha tomado un tribunal de Inglaterra después de analizar ambos vídeos. Este hooligan no podrá entrar a ningún estadio en los próximos tres años.
Tantos antes como después de los encuentros no podrá sobrepasar un perímetro alrededor de Anfield, es decir, deberá estar al menos a tres kilómetros del feudo 'red'.