La actitud de los ultras del Slovan de Bratislava ya hacía presagiar lo que iba a ocurrir. Los radicales convirtieron uno de los fondos en un auténtico infierno con bengalas y pirotecnia.
Quemaron parte de su propia grada, pero eso no iba a ser lo peor. Cuando su equipo marcó el segundo gol, se inició una tangana en la que intervinieron muchos futbolistas.
Uno de los radicales decide sumarse a la batalla y le da una patada al jugador rival a través de la red, a la que el jugador responde lanzándole un vaso.
Porque no habían dejado de caer objetos desde la grada ultra. Ahora, el equipo local se puede enfrentar a una dura sanción por no frenar la lamentable actitud de sus ultras.