El Celta de Vigo ha cosechado su primer triunfo en competición europea esta temporada contra el Panathinaikos (2-0) en la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League, en un duelo en el que Daniel Wass lavó la cara de un equipo sin ideas entrando desde el banquillo para mantener los tres puntos en un estadio de Balaídos que volvió a respirar el ambiente continental después de una década.
El 'Toto' Berizzo dio con la tecla con la incorporación del internacional con Dinamarca en la segunda parte, primordial para dar alas a un partido plano en el que los griegos habían dominado las ocasiones hasta esta sustitución. Además, el triunfo aupó a los vigueses hasta la segunda plaza del Grupo G, sólo por detrás del Ajax (con pleno de victorias).
El cuadro heleno no tuvo problemas para ceder la responsabilidad de la creación de los locales, que no estuvieron acertados a la hora de buscar huecos entre la maraña defensiva implantada. A su vez, Stramaccioni optó por mantener descolgados en la presión a Ibarbo y Berg, que se convirtieron en un quebradero de cabeza para la defensa olívica en la primera mitad.
Mientras, el Celta se hartó de tocar en el centro del campo, pero sin la profundidad necesaria para buscarle las cosquillas a su rival. Ante esta falta de ideas, los verdes se soltaron hacia la meta de Sergio Alvarez con algo más de descaro y llegaron a enmudecer Balaídos minutos antes del descanso con un tanto de Ibarbo a la salida de un córner. No obstante, el graderío pudo respirar al ver la invalidez de la acción por fuera de juego del colombiano.
Tras el aviso, el Celta se vio inmerso en un quiero y no puedo constante, aunque tras la reanudación volvió a toparse con un nuevo gol anulado de los griegos que encendió las alarmas. En esta ocasión, el colegiado señaló falta de Berg sobre Fontàs.
Berizzo decidió dar libertad de movimiento a Rossi ante la ineficacia de las jugadas celestes este jueves. En este plano, el italoamericano trató de echarse a la espalda el peso ofensivo del equipo pidiéndola, combinando e incluso rematando, pero sin excesiva claridad.
Los gallegos fueron de menos a más en ataque, favorecidos también por la entrada de Sisto, que envió al banco a un desaparecido Naranjo. El conjunto local recibió la orden de enviar balones al área de manera más directa en busca de la referencia que ofreció Guidetti.
El sueco dejó claro que quería ser el protagonista de la noche y olió sangre tras dos centros en los que reclamó penalti por agarrones en la disputa del balón. Sin embargo, el árbitro no apreció nada punible en estas acciones y el ariete volvió a ponerse manos a la obra para que a la tercera fuera la vencida.
Wass, recién entrado al terreno de juego, se incorporó en una gran jugada por la derecha para ponerle en bandeja el remate a Guidetti, que no perdonó de primeras.
El centrocampista danés fue capaz de lavar la cara de su equipo desde su incorporación a veinte minutos del final y él mismo se encargó de poner la guinda a su actuación con un bellísimo golpeo de falta que sentenció al rival.