No cayó el imperio blanco, no. El Real Madrid y Zidane salvaron este 'match ball' en el infierno turco del Ali Sami Yen a base de tirar a puerta... Veintisiete ocasiones, catorce entre los tres palos protagonizó este Madrid de hoy para salir del purgatorio en el abismo ambientado por la afición local.

Courtois

Y para levantarse en la antigua Constantinopla el pilar fundamental fue su portero, vilipendiado en el último duelo continental ante el Brujas, y aupado hoy a los altares tras salvar de manera brillante todo lo que tiraron a su portería.

Había viejos conocidos en el campo: Babel, Mariano Ferreira, Florin Andone... y luego Sofiane Feghouli y Emre Mor, pero nada de nada. El viejo conocido del que se hablaba antes y del que se hablará menos después de lo de hoy es José Mourinho. Porque Zidane plantó a su portero y a diez más, y a pesar de las dudas iniciales en defensa, este equipo acabó tirando a puerta 27 veces, repito sí, veintisiete.

Rodrygo y Valverde

Y buena culpa de ese protagonismo la tuvieron dos a los que ya se señalaban antes del trascendental duelo por imberbes: Rodrygo y Valverde. Pero que nadie se engañe. La calidad, energía y talento que aportaron estos dos chavales fue el corazón del equipo. Claros protagonistas secundados por un buen Hazard, un notable Benzema, un maestro como Casemiro y un goleador Kroos, por supuesto, que puso en la escuadra de Muslera el único gol del partido tras una buena combinación entre Karim y Eden.

Se ajusta el grupo

Con esta victoria y la propia del PSG ante el Brujas, el conjunto de Zidane se planta segundo tras una tercera jornada de grupos a la que se presentaba como último. Pero ha llegado la eterna resurección de este equipo que fiel a su idiosincrasia y espantando los fantasmas de Mourinho, utilizó la capital del viejo mundo para recuperar viejas sensaciones y confirmar lo que decía su afición cuando sonó el himno de la Champions: El Imperio Contraataca.