Es uno de los gestos más bonitos de los muchos que estamos viendo en estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Será una ciudad y un año, aunque sea 2021, que siempre recordará el flamante campeón de lanzamiento de peso Ryan Crouser. Es su segundo oro olímpico y ya es uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos, teniendo en cuenta que tiene el récord del mundo y en esta edición se quedó a tan solo siete centímetros.
El norteamericano de 2'01 metros de altura y 145 kilos ganó una prueba durísima en la que muchos de sus rivales superaron la barrera de los 22 metros. De ahí la satisfacción de acabar la prueba en lo más alto y la necesidad de querer compartirlo con una persona muy especial.
Crouser sacó un papel de su mochila en el que había escrito lo siguiente: "Abuelo, lo hemos conseguido. Campeón Olímpico 2020".
Larry, el abuelo de Ryan, falleció poco antes de que su nieto se marchara dirección a Tokio. La dedicatoria, a parte de acordarse del que fuera uno de los artífices de que Crouser acabara siendo lanzador de peso, tenía un gesto diferenciador.
La comunicación entre ellos era a través de escritos en papel, ya que Larry había perdido la audición. "Me hubiese gustado escribirle este mensaje en vida. Es el mensaje que no le pude enviar. Pero siento que en espíritu ha estado", dijo Ryan a la prensa.
Los inicios de Crouser fueron en el patio trasero de la casa de sus abuelos y desde entonces Larry ha apoyado y visto todos los éxitos de su nieto. Seguro que, desde donde sea que esté ahora, le ha estado mirando y se siente orgulloso.