Han pasado más de 100 años desde que París fuera escenario de sus segundos Juegos Olímpicos y, desde entonces, han cambiado muchas cosas. Por primera vez, según ha informado el Comité Olímpico Internacional (COI), los Juegos Olímpicos de París 2024 serán los primeros Juegos de "paridad total", con un número total de atletas que ronda los 10.500, de los cuales 5.250 serían mujeres y 5.250 serían hombres.

Pero hace un siglo, la participación de las mujeres era puramente testimonial. La primera vez que las mujeres compitieron en unos Juegos Olímpicos fueron los de invierno en Chamonix en 1924. Entonces, participaron 11 mujeres. Unos meses más tarde, en los Juegos Olímpicos de París 1924, participaron 135 mujeres frente a 2.954 hombres.

Aquel verano de hace 100 años, la deportista Lilí Álvarez hizo historia. Fue la primera mujer española, junto a Rosa Torras, en participar en unos Juegos Olímpicos en una época en que las mujeres casi no tenían cabida en la pista.

Elia María González-Álvarez y López-Chicheri, conocida como Lilí Álvarez, nació en Roma en mayo de 1905, pero su infancia la pasó en Suiza. Un país donde el papel de la mujer era más avanzado que en España, lo que permitió que se dedicara al deporte desde pequeña. Con los años, cambiaría la historia de las mujeres en el deporte tras ganar medallas en casi todos los ámbitos. Porque Álvarez no solo triunfó en el tenis, también lo hizo en las carreras de coche, el patinaje, la natación o el esquí.

Aprendió a patinar con 4 años en Suiza y a los 11 participó por primera vez en un campeonato internacional de tenis. En 1917, con 12 años, ganó su primer campeonato de patinaje en Saint-Moritz, superando a la campeona francesa Melle Joly. En 1921, con 16 años, obtuvo la Medalla de Oro Internacional de patinaje, pero fue en 1919, a los 14 años, cuando logró el primer torneo de tenis en el campeonato de Ginebra.

Aunque la convocaron para participar en los primeros Juegos de invierno de Chamonix 1924, una lesión hizo que la deportista tuviera que atrasar su participación. Así, decidió dejar los patines y hacerse con una raqueta. Tan solo unos meses más tarde, fue la primera española, junto a Rosa Torras, en representar a España en los Juegos de París 1924. Fueron las dos únicas representantes femeninas en un equipo que contó con 107 hombres.

Pero Álvarez no solo se quedó ahí. Y ese mismo año participó como piloto el Campeonato de Cataluña de Automovilismo. Lo hizo en la categoría masculina, ya que por entonces no había competición femenina, e incluso llegó a ganar un trofeo.

Ganó 40 trofeos individuales, 19 en dobles y 21 en mixtos

A pesar de que compitió en diferentes deportes, lo cierto es que en tenis obtuvo sus éxitos más reconocidos. Fue finalista tres veces consecutivas en Wimbledon y ganadora de Roland Garros, siendo tres años consecutivos número dos de la clasificación mundial.

La deportista, apodada por la prensa británica como "The Señorita" por su asombroso estilo de juego, fue una mujer "adelantada a su época" que se atrevió a desafiar los roles impuestos en una época en la que la mujer era prácticamente invisible, sobre todo en el mundo deportivo.

Álvarez no tuvo miedo a presentarse a competiciones en las que todos los participantes eran hombres, tampoco en probar diferentes deportes, y aún menos en revolucionar la vestimenta de las mujeres deportistas. En 1931 se convirtió en la primera tenista en utilizar una falda pantalón, primero en Roland Garros en París y posteriormente en Wimbledon.

Pero Álvarez no fue solo pionera en el deporte. Con tan solo 22 años publicó su primer libro y comenzó a escribir como corresponsal en el 'Daily Mail', 'La Nación', 'La Vanguardia' y 'Blanco y Negro'. Así, se convirtió también en una de las primeras mujeres en cubrir eventos deportivos.

Su vida deportiva se paró durante unos años tras casarse em 1934 con el conde de Valdéne, un aristócrata francés. Apenas cinco años más tarde se separaron tras morir el hijo de ambos en 1939. Fue entonces cuando la deportista volvió a España para retomar la práctica del esquí. Ahí ganó el Campeonato de España de Esquí Alpino, pero su victoria en el Campeonato de España de Esquí en Candanchú de 1941 se vio empañada al acusar de machismo al jurado.

Una mujer pionera en su tiempo que quiso desafiar los roles de género impuestos y no tuvo miedo de levantar la voz contra el machismo. "Lo que despertó en mí feminismo fue el ver, cuando volví a España, que para todo te pedían certificados y contratos matrimoniales, y que los maridos parecían niñeras", comentó en una entrevista cuando volvió a España. Precisamente en este país nunca se sintió reconocida a pesar de ganar como tenista 40 trofeos individuales, 19 en dobles y 21 en mixtos.