Dakar aciago para Nasser Al-Attiyah. El catarí, que defendía Touareg en esta edición, ha vivido un infierno con Prodrive... en una lección del karma.
Primero, el pentacampeón desechó a Audi del saco de los favoritos asegurando que "tres días" después de arrancar la carrera, sus coches se irían "a casa".
El catarí anticipó problemas en los coches germanos... y fue el suyo el más damnificado. En la etapa 7 rompió el motor de su Hunter, se reincorporó a la carrera con una dura penalización y en la octava volvió a quedarse tirado.
Tras ello, anunció su abandono y dejó a Loeb a su suerte: "Lo siento, no quiero volver a subirme en este coche. Sabes, ya lo decidí, solo vine a decir gracias, y me voy a casa esta noche".
De hecho, el compañerismo en Audi ha sido clave para la victoria de Carlos Sainz. Ekström, compañero del madrileño, le brindó una ayuda vital al 'Matador' cuando sufrió tres pinchazos en la etapa 10... esa misma que echó en falta Loeb cuando casi abandona este jueves.
Al-Attiyah aseguró que Sainz terminaría viendo el Dakar desde su casa, y al final ha sido él al que se le ha hecho la boca agua viendo a Carlos surcar las dunas saudíes. Seguro que la próxima vez es más cauto con sus palabras.