Carlos Sainz tiene un ángel de la guardia. Y tiene nombre y apellidos: Mattias Ekström. Su compañero en Audi le ha salvado de una buena en la etapa del Dakar de este jueves. Porque el español sufrió varios pinchazos y tuvo que ser auxiliado por su compañero al quedarse sin ruedas.
Al finalizar la prueba, manteniendo el liderato sobre Sebastien Loeb, lamentó lo ocurrido y habló de los interminables tramos de piedras: "Piedras piedras, piedras... ha sido una etapa de muchísimas piedras, mucho más de lo que esperábamos".
"Hemos adelantado a Loeb y yo iba despacio, sin tomar ningún tipo de riesgo, y aun así hemos pinchado tres veces...", ha dicho el piloto español, que se mantiene en lo más alto de la clasificación a falta de muy poquitas etapas para el final.
Su compañero Ekström le ha salvado en la parte final: "Hemos tenido que esperar a Ekström a que nos diese las ruedas en el último tramo".
"Esperaba perder más tiempo porque ha habido un momento que íbamos cediendo como 16 minutos con Loeb, pero luego él también ha pinchado. Es que no sabes qué hacer... Yendo despacio, pinchas y si vas rápido, pinchas igual. Imagínate ir sin ruedas y sufrir un pinchazo más, hemos estado parados intentando reparar, pero, imposible. Menos mal que ha venido Mattias", sentenció un Sainz después de la etapa en la que pudo perder el Dakar.