Nadie diría que Fernando Alonso está en el año de su debut en el rally Dakar. El asturiano, otra vez, ha brillado con luz propia en las arenas saudiés y lo cierto es que no es ni mucho menos una utopía el hecho de que pueda ganar una etapa. Ha terminado sexto, pero por momentos la opción de triunfo estaba en el aire.
Porque Alonso volvió a mostrar un ritmo extraordinario en las arenas árabes. Tal fue su exhibición que se podría haber empleado la frase típica de la F1 de 'está volando'. Porque volaba con su Toyota, tan rápido iba que en el primer tramo de la etapa estaba entre los cuatro primeros.
Y en el último entre los cinco, apenas cediendo tiempo con los grandes favoritos de la competición como Carlos Sainz, ganador de etapa, Stephane Peterhansel y Nasser Al-Attiyah. A poco más de siete minutos entró Fernando del madrileño de MINI, y a menos aún de su compañero en Toyota, mucho más experto que él en las dunas.
Cedió tiempo en los kilómetros finales, mientras sus rivales (quién pensaría que sus rivales serían los grandes campeones siendo este su debut), recuperaban terreno al término de la jornada.
Otro top 10 para él, y ya van varios en su primer año, y lo que parecía un sueño, que era una victoria de etapa, parece ser más que posible en estos días que restan para que termine el Dakar.
Y a saber qué habría pasado de no haber tenido el problema que tuvo en la segunda etapa, donde cedió más de dos horas y media tras romper la suspensión del Toyota.