Red Bull y Max Verstappen. Max Verstappen y Red Bull. No se entendería al uno sin el otro, ni al otro sin el uno. Porque el neerlandés es el alma del equipo. Porque el equipo está hecho, prácticamente, por y para el neerlandés. Juntos han logrado un Mundial de constructores y dos de pilotos, con un tricampeonato para él que está cada vez más cerca. Porque poca oposición ha tenido...

Tanto fuera como dentro de su propio equipo. Porque no ha habido manera de batirle. Porque, en la marca de las bebidas energéticas, él es y ha sido 'el rey'. El líder. El jefazo.

No pocos compañeros ha tenido en Red Bull, y uno a uno se los ha ido 'ventilando'. Uno a uno los ha ido 'despedazando', y haciendo que los mandamases de la marca prescindiera de sus servicios e incluso que les bajara al equipo B. Se llame Toro Rosso o se llame AlphaTauri.

Ricciardo, Gasly, Albon...

Pasó con Pierre Gasly. Pasó con Alex Albon. El primero, en Alpine, disfrutando tras destacar en Faenza; el segundo, líder de Williams. Ninguno pudo soportar el duelo con Verstappen. Ni Daniel Ricciardo pudo. Ni Sergio Pérez, veterano y ganador con un Racing Point en Sakhir, está logrando mantener el ritmo de Max.

Y es algo que ha confirmado Adrian Newey. Es algo que ha admitido el gran gurú de Red Bull y, prácticamente, de la Fórmula 1. Porque suyo es este Red Bull que todos, o casi todos, tratan y quieren copiar. Pero hasta él lo ha dicho.

"Verstappen y los compañeros de equipo... es algo interesante. Quieres demostrar que eres el mejor, sobre todo cuando eres joven y ambicioso. Luego quiere demostrar que es el mejor, y eso puede destruir la confianza de esa persona. Albon peleó por aceptar lo rápido que era Max, como Gasly. Y hay más ejemplos", dijo en el podcast 'Beyond the Grid' que recogen en 'GPFans'.

"Si no estás en ese nivel..."

Newey sigue: "Si no estás en ese nivel, tienes que aceptar que no vas a poder ganarle en ritmo. Has de hacerlo de otra manera. Hasta ahora, nadie en la F1 ha logrado mantenerle detrás siendo su compañero. Empezó con Ricciardo, y sigue con Pérez".

"Y hay pilotos a los que les encanta pelear en pista, pero eso queda ahí y no se traslada al garaje. Luego hay otros que lo convierten todo en un juego político. Eso lo destroza todo", sentencia.