Todos los equipos quieren poner sobre la mesa su paquete de mejoras para luchar contra Red Bull. De momento no lo han logrado. En Azerbaiyán Sergio Pérez y Max Verstappen fueron muy superiores y volvieron a pelear por la victoria entre ellos dos solos.
Mercedes ni mucho menos estuvo cerca. Lewis Hamilton fue quinto y George Russell, octavo. El W14 fue más lento que los Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz y también más lento que el Aston Martin de Lance Stroll.
Pero sus mejoras se han detenido en seco. Toto Wolff está preocupado por el techo presupuestario. Llevar a cabo las mejoras se está convirtiendo en un dolor de cabeza para las flechas de plata.
Esto ha dicho Wolff en 'Autosport': "En el pasado, ni siquiera sabíamos cuánto costaba una suspensión delantera y hoy necesitamos saber el precio de compra del aluminio y luego calcular cuánto cuesta el mecanizado, cuánto cuesta cancelar el que no necesitas, el precio de cada tornillo, el del carbono...".
"Es complejo y ha ido tan lejos que tenemos analistas de costes e ingenieros que deciden si comprar ese kilogramo de aluminio vale la pena", dice el jefe austriaco.
Asegura que la parte más creativa está sufriendo: "Es un proceso difícil y doloroso, las personas que deberían sólo ser creativas y tener carta blanca, no pueden hacerlo porque ahora alguien les dice si es factible o no".
"Estamos más atascados que antes porque, si fuéramos completamente libres, traeríamos un chasis diferente. Ahora tenemos que decidir con cuidado qué es lo que queremos actualizar. Si fuéramos libres, probablemente tendríamos el doble de actualizaciones", ha sentenciado.