Tantos años delante de un volante y en varias disciplinas hacen que Fernando Alonso se haya convertido en el piloto total, capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y pudiendo haber crecido para ser aún más completo.
Su experiencia en el Mundial de Resistencia ha sido clave para que a su vuelta esté siendo un valor capital para el equipo Alpine, no solo por su destreza individual, sino también por su preocupación y dedicación al equipo.
En ese año, en el que consiguió ganar el WEC y la mítica edición de las 24 horas de Le Mans por segunda vez en su carrera, tuvo que estar compartiendo asiento con otros tres compañeros, en una disciplina en la que el trabajo en equipo es fundamental.
Esa enseñanza la está aplicando Alonso ahora en su nueva etapa en la Fórmula 1 y la muestra más clara fue el último Gran Premio de Hungría en el que 'Magic' hizo todo lo posible por bloquear a Lewis Hamilton para evitar que llegara a amenazar el primer puesto de Esteban Ocon.
En la comparativa entre su etapa en Toyota y la presente, Fernando se queda con la victoria de su actual compañero. "Este triunfo es más especial porque es inesperado. No tenemos ritmo para ganar una carrera y necesitamos circunstancias muy especiales. Esas circunstancias estaban ahí y la suerte estuvo de nuestro lado", dice Alonso en declaraciones recogidas por 'Motor.es'.
El asturiano no recibió el trofeo, como sí pasaba en el WEC, pero se sabe participe del éxito: "Sienta bien ser parte de la victoria. Probablemente la última vez fue en Toyota, donde éramos compañeros de equipo, ganábamos con el Toyota #7 y #8. Estoy muy, muy contento por ellos, muchas sonrisas en las caras de todos, y también por Esteban".
Además, el bicampeón del mundo relaciona su primera victoria en F1 con la de Ocon, ya que ambos lo hicieron en el mismo circuito y con la misma marca, antes llamada Renault y ahora Alpine. "Este es un lugar afortunado para nuestro equipo", concluye.