Mucho se esperaba de Lewis Hamilton en Canadá. Porque, por fin, ese Mercedes parecía que funcionaba. Porque, por fin, parecía feliz. Sonriente. Confiado. Porque en esta ocasión, en Montreal, estaban para lograr algo que hace un par de semanas parecía imposible. Y sí, lo lograron, pero fue gracias a George Russell. Fue gracias a su compañero. Porque fue él, fue el ex de Williams, que que logró la pole en la pista norteamericana.
Él, después de unas brillantes Q1 y Q2 tuvo que conformarse con ser séptimo. Con salir, por ejemplo, detrás de Fernando Alonso y también de Daniel Ricciardo. Eso es algo que tiene, de nuevo, escamado a un heptacampeón que en 2025 será piloto Ferrari.
Porque no entiende nada: "En esta clasificación he ido más lento. Este coche no era el mismo".
"Al llegar no tenía el mismo agarre. No sé cómo explicar todo esto", insiste un Hamilton que de nuevo se muestra más bien negativo.
"No espero mucho"
Y es que no ve que la cosa vaya a mejorar en Canadá para él: "Esta pista es complicada. La verdad, no espero mucho".
"¿Llegar al podio? Eso sería algo increíble pero va a ser muy difícil adelantar a los coches que tenemos delante", sentencia Hamilton.
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Mientras él tendrá que remar, Russell es candidato claro ya no al podio sino a la victoria. Sale primero, por delante de Max Verstappen, y lo cierto es que el Mercedes en sus manos sí parece ser el coche que Toto Wolff quiere que sea.