El Halo 4 ya está aquí. No, no es que salga a la venta una nueva versión de la saga de videojuegos, es la última mejora de la medida de seguridad de moda en la Fórmula 1.
La FIA busca darle un golpe de tuerca a este sistema con los datos recopilados durante los accidentes de estos últimos Grandes Premios y las demás categorías inferiores en las que se está convirtiendo en vital para evitar lesiones graves en los pilotos, concretamente en la cabeza, como pudo suceder con Romain Grosjean el año pasado en Bahréin o con Lewis Hamilton en la última carrera en Monza.
La actualización será aplicada en 2022, junto a los múltiples cambios de los nuevos coches que se fabricarán para esa temporada. Estará diseñado con la intención de que esté mejor adaptado a los monoplazas y sea más resistente a los impactos.
"En lo que nos fijamos es en un dispositivo mucho más fuerte y en un dispositivo que va a estar integrado en el coche de 2022 con todos los cambios que tendrá el coche en relación con lo que estamos viendo ahora mismo en Fórmula 1. Eso es porque estos dispositivos de seguridad son claves para el vehículo en sí", dice Clive Temple para la web de 'Race Fans'.
El licenciado en docencia universitaria relacionada con el deporte de motor y encargado del estudio de esta nueva modalidad del halo explica que se van a centrar en las fijaciones del sistema, para que "no haya problemas en relación a que posiblemente algo lo atraviese", aunque siempre pensando en los escenarios que se dan con más frecuencia.
"No puedes probar cualquier eventualidad porque el ángulo con el que un coche puede golpear una barrera, por ejemplo en el caso de Grosjean, o el choque con otro coche es muy variable. Así que siempre observas el mejor supuesto, que servirá para un número de impactos, ángulos diferentes y lugares diferentes del vehículo en relación con el objeto", confiesa.
"El sistema de montaje demostró que tiene un propósito porque creó las circunstancias para la supervivencia. Para 2022 lo que buscamos es el Halo 4, como lo llaman, y será un dispositivo más fuerte capaz de soportar cargas más altas", concluye Temple, fiel creyente de este 'salvavidas' del automovilismo.