El Gran Premio de Las Vegas se postula a ser la carrera más bochornosa de la historia de la Fórmula 1. Lo que parecía ser un auténtico espectáculo para pilotos y aficionados ha terminado por ser un auténtico inferno.
Carlos Sainz se ha visto a obligado a cambiar diversas piezas de su Ferrari después de haber tenido un accidente con una alcantarilla mal sellada en el circuito. Un impacto que ha dañado el chasis, la centralita, la batería, el motor e incluso el asiento y por el que, por si fuera poco, deberá penalizar.
Y es que los italianos, obligados por los daños, han tenido que cambiar la batería del coche '55' para poder, así, volver a la pista. Un cambio que el propio equipo ha pedido que no se penalice a pesar de lo que estipula el reglamento.
Sin embargo, la FIA, a través de un comunicado oficial, ha asegurado que ellos no pueden hacer nada para cambiar las reglas y que, de cambiar una pieza (la batería) deberá acarrear la sanción correspondiente.
La realidad es que la batería ya ha sido sustituida en el monoplaza del español y, por ello, Carlos va a tener que hacer frente a una penalización de 10 posiciones. Una sanción totalmente injusta ya que el cambio ha sido derivado de una circunstancia externa al equipo y a la competición. Además, se trata de un trazado en el que Ferrari tenía grandes expectativas de cara a repetir la victoria de Singapur.
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