Sergio Pérez y Max Verstappen se llevaron todo el protagonismo en Azerbaiyán. Primero y segundo en una lucha titánica, siempre con el mexicano manteniendo a raya a su compañero. Los dos haciendo vueltas de clasificación... y no se encontraron en la pista.

Se acerca Pérez en el campeonato (a seis puntos) y se vuelve a hablar del ambiente en Red Bull. Christian Horner ha incidido en que "de momento" están dejando luchar a sus dos pilotos. Así fue, en efecto, el pasado fin de semana. Lo que pasará más adelante se verá con las carreras.

Detrás de los Red Bull esta vez no apareció Fernando Alonso (fue cuarto). Apareció el Ferrari de Charles Leclerc. Primera vez que sube al cajón esta temporada un coche rojo. Muestra de lo mucho que tienen que mejorar.

Leclerc partió desde la pole, pero fue adelantado por Pérez y Verstappen. El Ferrari no tiene ritmo para mantenerse delante de los Red Bull. Al menos de momento. Y eso desesperó al piloto monegasco, siempre ambicioso y con la victoria entre ceja y ceja.

Pero su verdadera desesperación llegó en la rueda de prensa posterior al podio. Todas y cada una de las preguntas de los periodistas iban dirigidas hacia sus dos rivales, Checo y Verstappen. Se resignaba el monegasco, cruzando sus brazos e incluso en algunas ocasiones lanzando una sonrisa irónica.

No era el protagonista a pesar de su tercer puesto. Todo lo acaparó Red Bull y una nueva batalla entre Checo y Max, los dos únicos que parecen aspirar a ser campeones del mundo de Fórmula 1 en este 2023.