Max Verstappen ha demostrado ser uno de los mejores pilotos de la parrilla actual y se consolida, gracias a sus resultados, como uno de los mejores de la historia. Sin embargo, pese a que tiene atado su tercer Título Mundial de Pilotos, el neerlandés ha llegado a donde está gracias a la marcha de Sebastian Vettel de la marca austriaca.
Una de las figuras clave en la vida de Max Verstappen es su ingeniero, Giancarlo Lambiase, quien se ha forjado una reputación por lograr mantener bajo control al neerlandés en los momentos más tensos de la competición.
Esta relación entre el piloto y su ingeniero se forjó gracias al movimiento de Vettel a Ferrari, algo con lo que desde Red Bull no contaban. Christian Horner, tal y como ha comentado en 'Motorsport.com', asegura que Lambiase llegó para ser el ingeniero de Vettel, pero que acabó siéndolo de Kvyat.
"Se comprometió a unirse al equipo, ¡y poco después Sebastian se marchó a Ferrari! Así que vino para ser el ingeniero de Sebastian Vettel y acabó con Daniil Kvyat", explica Horner.
No obstante, la estancia de Kvyat en el primer equipo de Red Bull no fue muy duradera, ya que sus resultados estaban lejos de ser los esperados. Ahora bien, con la subida de Max al equipo, se forjó una de las mejores relaciones del equipo.
"Cuando Max subió al asiento, los dos construyeron un vínculo muy rápido, ha sido todo un éxito", comenta el jefe de equipo. "A veces son como un matrimonio de ancianos discutiendo sobre qué canal de televisión ver, pero hay un gran respeto y mucha confianza entre los dos", añade.
El gran cambio de Verstappen
En sus primeros años con Red Bull, Max Verstappen se caracterizaba por ser un piloto muy talentoso y rápido, pero también por ser excesivamente agresivo y no pensar bien sus acciones. Algo que, con el paso de los años, ha conseguido solventar.
De la mano de Giancarlo Lambiase llegó la madurez de Verstappen al volante. El ingeniero conectó de la mejor manera posible con el piloto y logró encauzar una situación que parecía difícil de manejar. Construyendo así a un verdadero campeón del mundo.
Christian Horner no ha dudado a la hora de alabar, precisamente, esta faceta: "Es su trabajo, él es la unión con el piloto en la pista. Max tiene un carácter muy fuerte con el que tratar, y 'GP' es igual de luchador".