Mercedes está en el que bien puede ser su peor momentoen los últimos diez años. Con el W14 dando tumbos y sin rendimiento, se suma ver a un Lewis Hamilton incapaz y cada vez menos motivado de llevar un coche en el que no termina de confiar. Y en el que parece no va a confiar este año.
No lo hará por más cambios que lleguen. Por más que Toto Wolff diga A o B, o que insinúe, de forma poco sutil, que van a tener un buen Red Bull dentro de no mucho. Porque el concepto va a cambiar, y con ello confían en poder dar un paso adelante.
Hamilton es menos creyente. Porque no le convence. No ve del todo claro que eso de poner elementos de otro coche, o parecidos a los de otro coche, en el Mercedes vaya a funcionar.
"El coche podría ser hasta más lento"
Es más, cree que podría conllevar el objetivo contrario: "¿Poner los pontones de Red Bull? ¿En nuestro coche? No va a cambiar nada. Es más, podría ir hasta más lento".
"Hay cambios drásticos que haremos. A ver si tenemos que hacerlos y cómo serán de grandes. Hay que seguir trabajando", insiste 'Crash.net'.
Y es que él bien sabe de lo que habla: "Eso es aerodinámica, en cómo se equilibra el coche en las curvas".
"Ahora hay tantos elementos diferentes que no son aerodinámicos y que no se pueden ver... Hay mucho. Mucho más", sentencia.
De momento, Mercedes no solo se ha visto superado por Red Bull, algo que ya sucedía en 2022, sino también por Aston Martin. El equipo deFernando Alonso les ha adelantado, y a saber cómo evoluciona Ferrari.