Lewis Hamilton fue campeón del mundo por primera vez en su vida en la temporada 2008 con el equipo McLaren. El año en el que se produjo el escándalo de Singapur, en el que fue sancionado Flavio Briatorepor mandar a Nelsinho Piquet que se accidentara de manera deliberada.
Bernie Ecclestone reconoció que fue un error no tomar ninguna decisión al respecto: "Queríamos proteger el deporte y salvarlo de un escándalo enorme...".
"Eso significa que no habría repercutido para la clasificación del campeonato. Y Felipe Massa se habría convertido en campeón del mundo y no Lewis Hamilton. Incluso hoy día todavía me da pena Massa. Lo siento por él", dijo el que fuera jefe del Gran Circo.
Y ahora Massa, el gran perjudicado de aquello, ha reaccionado diciendo que se plantea impugnar aquella temporada: "Hubo castigos para Briatore y Pat Symonds, mientras que con el resultado de algo que fue robado no pasó nada...".
"Se demostró que hubo un robo. En su momento, los abogados de Ferrari me hablaron de esa norma, acudimos a otros abogados y la respuesta fue que no se podía hacer nada. Yo, lógicamente, me creí esa situación", ha comentado el expiloto brasileño.
Asegura que las palabras de Ecclestone fueron "muy tristes". Sobre todo "descubrir toda la verdad": "Saber que te robaron algo, que el resultado de esa carrera debía ser anulado y yo tendría un título. Al final, el mayor perdedor con ese resultado fui yo. Vamos más allá para entender todo esto...".
"Yo buscaría justicia. Creo que si te han castigado por algo que no ha sido culpa tuya, es producto de un robo, de una carrera robada, hay que hacer justicia. De hecho, lo correcto es anular el resultado de esa carrera...", pide Massa.
Y deja claro que no le interesa una indemnización, sino el título de campeón de F1: "¿Demandar a la FIA para ganar dinero pero sin cambiar el resultado? Eso no me interesa. Lo que me interesa es la correcta justicia de esta situación".