El cambio de reglamento de 2022 trajo consigo una serie de novedades. El efecto suelo regresaba a la Fórmula 1 con el objetivo de mejorar el espectáculo en pista y favorecer los adelantamientos. Sin embargo, el regreso de este elemento aerodinámico se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para pilotos e ingenieros.
El propio Fernando Alonso, bicampeón del mundo, ha señalado la complejidad de estos coches: "Los coches son definitivamente más difíciles de configurar, más difíciles de entender. Y aún más difícil dar información al equipo. A veces piloto y siento que todo va bien. Te detienes y ves la clasificación y tal vez estés en el puesto 14. Y a veces todo lo contrario, el coche es difícil, el equilibrio se pierde por completo y luego estás entre los tres primeros. La configuración de estos coches es muy sensible".
El asturiano, aún siendo el piloto más experimentado de la parrilla con 20 años a sus espaldas, afirma que la necesidad de mantener las suspensiones bajas y rígidas ha supuesto una mayor confusión en la búsqueda de la mejor configuración del coche posible.
"No creo que sea sólo la aerodinámica. Creo que también se debe a que la suspensión es tan rígida y tan baja. Te pierdes un poco lo que el coche te ofrece en términos de 'feedback'", explica.
"¿Cuál es el equilibrio real del coche? ¿Cuál es la interacción de los neumáticos con la interacción aerodinámica, con la suspensión y el agarre mecánico? Estos tres parámetros a veces se confunden un poco en tus manos y en tu cuerpo. Creo que es una generación de coches muy compleja", concluye Fernando Alonso en declaraciones que recoge 'Marca'.