Qué mejor forma de celebrar un pentacampeonato, de festejar un Mundial, que seguir ganando. Y Hamilton sigue ganando. No se cansa. No se cansa de lograr poles, vueltas rápidas y victorias. El británico descorchó el champán tanto en el podio como en el box de un equipo Mercedes que ya tiene un nuevo título de constructores. Victoria para él, una que se decidió por la aportación de un actor secundario llamado Esteban Ocon.
Porque el francés de Force India se equivocó. Posiblemente él ya lo sepa, y de no ser así lo sabrá cuando lo piense en frío. Y es que Hamilton no era el candidato número 1 para ganar. Al menos no hasta la vuelta 42, ya que hasta ella Max Verstappen era líder. Y líder detacado con una estrategia de ruedas que le llevaron desde la quinta plaza hasta la primera. Adelantamiento tras adelantamiento, el holandés iba a por la victoria.
Pero no fue así. Por un doblado. Por Esteban Ocon. Banderas azules para el Force India. Quizá por la zona, quizá porque no vio a Verstappen, quizá, quizá, quizá... pero lo que fue seguro es que se lo llevó puesto. Trompo de Verstappen, que maldijo en arameo y a saber en qué idioma más la acción del francés. Vía libre para Hamilton, que eso sí al final de la prueba vio por el retrovisor a un desesperado Max que trató de alcanzar a Lewis. No pudo hacerlo.
Bonita sin duda alguna fue la lucha en la zona noble de la parrilla. Los Mercedes, los Ferrari y los Red Bull demostraron, en esta antepenúltima carrera, estar uno o dos pasos por encima del resto. Otros, como McLaren, querían competir con los de las bebidas energéticas, pero se ve que no calcularon bien. Mientras Verstappen luchaba por la victoria, Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne ocupaban las dos últimas plazas hasta que pudieron adelantar a dos coches. Fueron los Williams, otros que han vivido tiempos mejores.
El asturiano, víctima también de una horrenda parada en su pit stop, pudo adelantar tanto a Stroll como a Sirotkin en las vueltas finales de la carrera. En la última pudo Carlos Sainz pasar a Pierre Gasly para terminar duodécimo. Carrera sufrida para el de Renault, que nada más empezar tuvo un percance con Hulkenberg. Nico no terminó por problemas de motor, y los galos tienen a Haas cerca en el Mundial de constructores.
Mercedes, otra vez, campeona. Y esta vez tenían a una Ferrari que ha lucido el rojo Maranello como nunca en estos últimos años. Pero tampoco pudo ser, y Toto Wolff y compañía han puesto las botellas a disposición de todos los miembros de una escudería que no deja de acumular triunfos desde el cambio de motores en la Fórmula 1. Al igual que Hamilton, y aún queda Abu Dabi.