Quien ríe el último ríe mejor. Sí, es un dicho popular, un refrán. Y también es una realidad. Una que ha demostrado Lewis Hamilton en Alemania, pues él, triste en la clasificación, ha sonreido tanto que a buen seguro le va a doler la mandíbula. Salía 14º, pero ha logrado la victoria en Hockenheim, en la casa de Mercedes, y lo ha hecho además con un Sebastian Vettel K.O. por un error de conducción.
Se las prometía muy felices Vettel tras lograr la pole. Tras arrancar desde la primera posición e ir ganando poco a poco ventaja con respecto a Bottas. Hamilton, mientras tanto, se acercaba a los puestos de cabeza. Deslizando con velocidad el Mercedes por cada centímetro de asfalto, el inglés ganaba y ganaba posiciones hasta llegar a situarse tras Max Verstappen. Vuelta tras vuelta. Sin parar. Mirando al cielo para ver si le echaba una mano.
Porque en la lluvia estaba la estrategia. Una parada quería. Una mientras que los demás, los de delante, hicieran dos para cambiar gomas primero y para adaptarse al agua después. Y el agua llegó, pero antes fue la parada de un Hamilton que confió en su instinto. El asfalto apenas se mojó, pero fue suficiente como para que Vettel cometiera un error. No fue de estrategia, fue de pilotaje. Rápido entró en una curva, y salió de ella golpeando el volante mientras su Ferrari estaba en el muro.
Coche de seguridad en pista y Hamilton ya era primero. Tras él, Valtteri Bottas, su fiel escudero para protegerse de las acometidas del Ferrari de Raikkonen en las últimas vueltas. Tan solo quedaba llevar el Mercedes sano y salvo a casa, para sumar 25 puntos que le vuelven a poner como líder de un Mundial en el que Vettel puede pagar caro este error.
Y es que tal y como estaba la carrera, se trataba de llevar el coche al garaje. Vettel no lo hizo. Fernando Alonso sí, pero una vuelta antes de ver la bandera a cuadros. No fue su día. Ni su fin de semana. No está siendo su año, otra vez. De nuevo por lo mismo, por un McLaren que tan solo tiene grande su pasado. Sin velocidad, y con pocas armas, el asturiano vagó por la zona media y baja durante el domingo.
Buscó la sorpresa con los neumáticos intermedios, pero el agua no llegó a ser tal como para que pudiera lograr ventaja ahí. De nuevo, otro fallo. Otro año que se prevé sin podios y con pocas alegrás a pesar de haber dejado atrás la etapa de Honda. Parece ser que, por más que se dijera en estos años, el motor no era ni mucho menos el mayor problema.
Cero puntos. Y cero también para Carlos Sainz. También optó en carrera por intermedios, pero él lo hizo más tarde que Alonso y tan solo el safety car hizo mala su propuesta. Terminó décimo, pero con diez segundos de penalización por adelantar con coche de seguridad.
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Tan solo queda Hungría antes del parón estival. Lewis Hamilton llega como líder y Sebastian Vettel está de nuevo a rebufo por un error de esos que no se puede cometer. Sainz y Alonso, a Hungaroring a quitarse el mal sabor de boca que se les ha quedado tras la visita a tierras alemanas.