Cuarenta eran en Singapur, y tras Rusia ya son 50. Esa es la diferencia en puntos que separa a Lewis Hamilton de Sebastian Vettel y del mejor Ferrari visto en las últimas temporadas. Con un implacable Mercedes, y con las órdenes de equipo llegando a tiempo desde el muro, el de momento tetracampeón del mundo logró un vital triunfo en el GP de Rusia para acariciar ya con los dedos su quinto título del mundo de Fórmula 1.
Fue una victoria cocinada a fuego lento y con perseverancia. Y con la estrategia claro está. Una que nos dejó la imagen de Valtteri Bottas dejando pasar a Lewis en una maniobra de equipo de Mercedes para atar más en corto este Mundial. Pero mucho tuvo que sudar Hamilton para verse en esa situación, y es que no tuvo un camino exento de riesgos.
Primero en la salida, donde no es que arrancara precisamente bien. De hecho, si se libró de ver a Vettel delante fue por el rebufo que le dio su compañero. Con Seb emparejado, y aguantando la p resión, el británico aprovechó el vuelo de Valtteri para despegarse del Ferrari. Un Ferrari al que, de hecho, tuvo que adelantar en pista.
Y es que se las prometían muy felices en el box rojo cuando la estrategia les funcionó. Cuando, tras la parada de Bottas, metieron a Vettel para evitar el 'overcut' a Valtteri. Al final, Hamilton se llevó un 'undercut' italiano... uno que duró pocos giros. Porque, a pesar de los intentos de Seb para cerrar su puerta, Lewis la tiró de una patada para ser tercero, tras Bottas, y esperar la llamada de la radio.
Directamente se apartó Bottas para dejarle pasar. La razón, o excusa, un 'blister' en su neumático. Sin su compañero y rival, tan solo era cuestión de ser paciente a que Verstappen hiciera su parada en la vuelta 42. En cuanto la hizo, líder y a rodar y rodar hasta ver la bandera a cuadros en primer lugar.
A saber si habría sido así de no salir donde salía el holandés de Red Bull. El monoplaza de las bebidas energéticas iba como un auténtico misil con Rusia, y sin duda fue Max quien dejó los mejores momentos con una enorme remontada sobre la pista. El año que viene llevarán Honda en su interior, motor que se despidió pronto de Sochi, pero con el Renault correr, lo que es correr, corren de lo lindo.
Mal día en la oficina para Alonso y Sainz
Al menos ellos, porque el McLaren careció por completo de ritmo y de competitividad en Rusia. Fernando Alonso vivió plácido y muy posiblemente aburrido desde la zona de atrás de la clasificación, Su momento de mayor estrés bien pudo ser cuando entró en la vuelta 6 a cambiar gomas y poner unas ruedas amarillas con las que llegó hasta al final. No hubo sorpresas ni sobresaltos en carrera. Ni 'safety car' ni más abandonos de esos que tanto necesitan en Woking en estas pistas que los sufridos por los Toro Rosso.
No fue eso sí el que más abajo terminó de los dos españoles. La carrera de Carlos Sainz, que al igual que Verstappen salía con el compuesto más duro, fue de todo menos placentera. No tenía ritmo tampoco, y el lento pasar de las vueltas en sus gomas hizo que cuando realizó su parada saliera a pista 16º. Terminó un puesto más abajo, tras Vandoorne.
Próxima parada: Japón
Ni una semana tendrán los pilotos de asueto para ponerse de nuevo el mono de trabajo. Japón, una de las carreras más míticas de todo el Mundial, ya espera la llegada de Lewis Hamilton y compañía en una prueba que puede suponer el golpe definitivo al título. Cincuenta puntos son muchos puntos que remontar ante Mercedes.