Promesas. Muchas promesas se hicieron en McLaren con el cambio a Renault. Con el adiós a Honda. Con competir de tú a tú con Red Bull pasadas unas carreras del Mundial. Sí, demasiadas promesas se hicieron, pero las promesas en ocasiones, bastantes, son mentiras implícitas por el desconocimiento del futuro. Eso es lo que está pasando en Woking, pues poca mejora más allá de la fiabilidad han encontrado. En Canadá, en la clasificación, la competitividad brilló por su ausencia mientras Sebastian Vettel volaba hacia la pole.
Ni tan siquiera vivieron tranquilos en Q1. Alonso y Vandoorne superaron la primera criba, pero de manera tan ajustada que incluso antes de empezar la segunda ronda clasificatoria ya se sabía que iba a ser imposible cualquier milagro. Porque no solo es que Red Bull esté lejos, es que ni tan siquiera ante un Sauber, el de Leclerc, el McLaren-Renault da sensación de grandeza. De la que debería tener por la historia de la escudería.
De no ser por el prematuro adiós de Grosjean, que rompió el coche casi cuando salía de su garaje, un McLaren habría quedado fuera en Q1. Un McLaren no habría estado ni entre los 15 más rápidos. Ni con Honda ni con Renault dan con la tecla en Woking. Y el motor corre, pues Red Bull, con Verstappen al frente, terminó tercero en la jornada de la lucha contra el crono.
Algo falla, más allá del motor, cuando en Q2 nadie contaba con ninguno de los dos McLaren para meterse entre los diez mejores. Cuando hasta los Sauber eran más competitivos. Cuando hasta el Toro Rosso, el de Hartley, daba más señales positivas con Honda en sus entrañas. No hubo batalla para ellos, y como estaba previsto cayeron para ver por la televisión la Q3.
En ella, Sebastian Vettel mostró el poder de un Ferrari que corre mucho. Que va bien en recta y en curva rápida y lenta. Que es el monoplaza más completo que han creado en Maranello en lo que llevamos de década. Récord de pista, como estaba cantado con el hiperblando. Y tras él Bottas y el ya mencionado Verstappen. Hamilton, cuarto.
Lewis está sufriendo este curso, y no porque su compañero de equipo le presione sino porque esta vez hay rival en otra plaza. En la de Ferrari. El británico hizo lo que pudo, pero ni tan siquiera logró derrotar a Valtteri y solo un error de Raikkonen hizo que el premio para él no fuera menor.
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Noveno fue Carlos Sainz, superando a Sergio Pérez y cayendo por muy poco ante Ocon y Hulkenberg en la lucha por liderar la clase media. La clase media de verdad, no la prometida en invierno por una escudería, por McLaren, que está lejos de cumplir con lo que se dijo en su día. De momento, y tras tres años con Honda, el primero con Renault continúa siendo un 'algo falla'.