Que siempre quieren más. Eso es lo que diferencia a los auténticos campeones de aquellos que solo ganan porque 'están de paso'. Eso es lo que diferencia a Lewis Hamilton de muchos otros pilotos que han ganado algo en la Fórmula 1. El británico, tetracampeón, quiere otro título más, y para ello, en Australia, ha dejado claro que él es el que manda. 'Hammertime' al volante y 1:21.614 para marcar territorio con Ferrari y con Red Bull. Alonso, mejor con el motor Renault en su McLaren, cayó en Q2.
Pero buenas son las sensaciones de Fernando. Buenas y quizá hasta con razón de que sean buenas. Parece ser que sí, que ya lo del 'engine problem' ha quedado atrás, y mientras Toro Rosso Honda se quedaba fuera nada más empezar con dos tiempos más que cuestionables, el McLaren Renault acababa la Q1 a siete décimas de Lewis Hamilton.
A eso se agarra el asturiano. A eso y a que sabía, al terminar la Q2, que tenía coche para estar entre los diez mejores. Que se podía haber metido de no ser por un error, de esos puntuales que muy de vez en cuando comete, en la curva 3 de Melbourne. De no ser por eso, en el 'debut' del McLaren-Renault, habría estado en Q3.
Por eso transimitió tranquilidad por radio cuando le dijeron que era P11 -P10 final por la sanción a Bottas-. Por eso hay motivos la esperanza. Por eso y por un Carlos Sainz que, en su primer año desde el comienzo con Renault, se marcó un vueltón para superar la Q2 y lograr una novena plaza de salida. Los Haas, con un coche fuerte en este comienzo de curso.
Uno en el que Mercedes, o más bien en el que Lewis Hamilton, ha dicho el clásico 'aquí estoy yo'. Da lo mismo que sea el principio que el final o que estemos a mitad de temporada. Da lo mismo que lleve dos, tres o cuatro Mundiales. El británico quiere más, y demostró en Albert Park que si él no falla el resto lo tiene muy complicado.
Con Bottas fuera de servicio por un accidente en Q3, Lewis sacó todo el poder de su coche y todo su talento para desesperación de los demás. Porque Vettel, que marcó el récord de la pista minutos antes, vio cómo al final se quedaba a casi siete décimas de su rival. Porque Raikkonen, segundo, también se quedó a casi siete décimas. Y porque Verstappen, cuarto, se quedó un poco más lejos.
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Entre ellos sí hay batalla, una a la que Fernando Alonso, optimista tras la clasificación, espera sumarse en breve. En otra galaxia está Mercedes. Está Lewis Hamilton, que en la primera prueba de verdad del Mundial ha sacado casi siete décimas a aquellos que se supone que son sus rivales. Eso sí, aún queda la carrera, y es ahí donde se reparten los puntos.