Max Verstappenha vivido un auténtico infierno en la noche de Marina Bay. El neerlandés, bicampeón del mundo ylíder destacadísimo del Mundial, ha caído en la Q2 del GP de Singapur en un día horrendo en el que todo lo que podía salir o hacer mal ha salido y lo ha hecho mal.
Y es que ya se veía venir. Ya algo se podía intuir por cómo iban los dos Red Bull en los Libres. Porque no, esta vez no. Esta vez Alonso no ha tenido razón. Porque Fernando dijo que iban a ir fuerte. Que iban a estar ahí. Arriba. Pero no. Nunca. Nunca han estado ahí.
Nunca se han mostrado competitivos, de momento, en Singapur. En la clasificación, lo mismo. Sus tiempos salían, pero no de manera sencilla. A veces sí, a veces no. Arriesgando. Pegándose con los muros. Y, sobre todo, con mucha inseguridad. Con incertidumbre. Sin esa especie de conducción sobre raíles tan típica del Red Bull.
Algo no iba bien. En Q1, con los favoritos para caer cayendo más Oscar Piastri y con la bandera roja de Lance Strollevitando alguna que otra sorpresa, todo correcto. Pero ya luego no. Peor que Mercedes. Y también peor que Haas.
Así sucedió. Sergio Pérez, trompeando en el sector 1, ya estaba fuera por ello. Max Verstappen cerró su vuelta en décimo lugar. Llegó Liam Lawson, el 'novato' de AlphaTauri, y le mandó fuera.
Tiene hasta investigaciones abiertas
Lo peor es que esto es Singapur. Que es una pista que no es que se le haya dado especialmente. Y que, además puede salir incluso todavía más abajo. Porque tiene dos, quizá tres, investigaciones por obstaculizar a otros pilotos en vuelta.
La primera, por pararse en el 'pit lane' y frenar a los Mercedes. La segunda, en un trenecito investigado por todos los coches que había impidiendo a otros en vuelta. Y la última, a Yuki Tsunoda, a quien destrozó la vuelta.
Mal, malísimo día para Max Verstappen en Singapur. La noche de Marina Bay no está hecha para el bicampeón...