En un fin de semana en el que Max Verstappen se ha convertido en tricampeón del mundo, el protagonismo se lo ha llevado el propio circuito ya que, derivado de las altastemperaturas y de la gran exigencia física que eso supone, los pilotos acabaron la carrera totalmente exhaustos.

Además, el hecho de tener que ir al máximo todas las vueltas por la nueva implementación de paradas de la FIA no ha hecho más que acrecentar un cansancio que ha provocado desmayos, vómitos e incluso abandonos.

El más claro ejemplo de la dureza que este Gran Premio ha supuesto para los pilotos ha sido la imagen del antepodio, donde Max Verstappen, Oscar Piastri y Lando Norris acabaron tan cansados que no pudieron casi ni hablar de la carrera.

Sin duda, los 40 grados que ha presentado la noche qatarí ha pasado factura y, de ahora en adelante, este Gran Premio será recordado como un auténtico infierno y como el más duro del calendario, más incluso que el GP de Singapur.